Ficha película

Título:
El Mosquetero
Director:
Peter Hyams
Intérpretes:
Justin Chambers, Mena Suvari, Stephen Rea, Tim Roth, Catherine Deneuve.
Calificación:
Crítica

Una historia maravillosa siempre lo es, la cuente quien la cuente: pero, por supuesto, si no se tiene capacidad de comparar, evidentemente, nos quedaremos con la única versión que nos han contado. Seguramente desde que el genial Alejandro Dumas nos sumergió en ese mundo de honor, pasión, amor y fidelidad de los leales mosqueteros reales, que luchaban encarnizadamente con las huestes del sibilino cardenal Richelieu, éste se haya convertido en uno de los más apasionantes relatos literarios, teatrales, y por supuesto, cinematográficos de la humanidad; D’artagnan, Atos, Portos y Aramis han sido los cuatro pilares indispensables a la hora de soñar con honestidad, apostura y arrojo a lo largo de muchos siglos.
Cinematográficamente hablando, quizás sólo Robin Hood haya sido tan adaptado como estos cuatro personajes; desde versiones edulcoradas y espectaculares, con Gene Kelly –si, si, el bailarín- dando vida a D’artagnan, hasta la realizada por Richard Lester y preñada de estrellas –Charlton Heston, Richard Chamberlain, Raquel Welch, Oliver Reed o Christopher Lee, entre otros-, para finalizar con una reciente versión muy comercial y nada lucida, donde la Disney intentaba revitalizar el mito con las caras de Kiefer Sutherland, Charlie Sheen y Oliver Platt. Si esta última versión nos parece parca en aventuras y de guión pésimo, la que ahora nos ocupa es un completo despropósito: realizada casi en exclusiva para encumbrar a una pseudo estrella de acción –Justin Chambers- resulta verdaderamente patético cómo un director del talento de Peter Hyams –que lo demostró en películas como “Atmósfera Cero”, aunque también cometió sacrilegios como el de “2010:Odisea 2”- ha llegado a dirigir tamaña barbaridad, sobre todo por desmitificar de un plumazo todo un romántico universo aventurero. Ahora D’artagnan se ha convertido en un niñato, los famosos “tres mosqueteros” son otros chavalines sin ningún tipo de carisma y solamente los “malos” de la película –es decir, el caballero de negro, al servicio del otro malvado impenitente de la historia, el Cardenal Richelieu- hacen un papel más o menos digno, aunque sin pretensiones.
El intento de “modernizar” con luchas escénicas llegadas de Hong Kong –creadas por el especialista Xing Xiao Xiao, que también lo hizo en “Matrix”, entre otras películas de “moda”- los duelos con espadachines resultan francamente lamentables y todavía más algunos momentos de máxima intriga que no se saben resolver por una más que evidente desidia y falta de talento de los actores protagonistas, cuando no de los extras y figurantes, francamente mal dirigidos. En los Estados Unidos resultó un flagrante éxito, probablemente porque ahora en los estudios no tienen la tradición narrativa europea y a la postre, saben realmente poco de espadachines, y lo mismo los ponen a bailar al ritmo de Michael Jackson que tienen la habilidad acrobática del mismísimo Bruce Lee. Y es que ahora, más que nunca, Hollywood “traduce” las clásicas leyendas y las transforma a su antojo y semejanza.


Federico Casado Reina



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