Desgraciadamente, la lúcida visión que aunaba la comercialidad y la calidad de Michael Douglas no se corresponde en algunos casos con la elección de sus proyectos, so pena de entender que la única preocupación del actor a la hora de elegirlos sea exclusivamente una razón económica que cimente su situación de privilegio en la industria de Hollywood. Aún resulta más descorazonador ver a un realizador como Fleder, que sorprendió a propios y extraños con “Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto”, dirigiendo películas como “El Coleccionista de amantes” y ahora este film que es la clásica elegía hacia los valores familiares norteamericanos disfrazado de thriller más o menos emocionante –en realidad, con la aplicación literal de una fórmula casi agotada en el cine norteamericano-.
Y no es que la película esté mal dirigida, escrita o interpretada, pero sucede que hay una sensación permanente de haberla visto antes desde el primer minuto de proyección: tras el bien planeado robo de un banco, uno de los atracadores decide hacerle la jugarreta a sus compinches, y cuando va a escapar con su hija es asesinado por sus compinches, quedando la niña traumatizada de por vida y siendo la única conocedora del botín escondido. Diez años más tarde, los ladrones de antaño salen de la cárcel y recurrirán a la extorsión de un famoso psiquiatra –secuestrando a su hija- para que sonsaque a la única testigo.
El recuerdo de películas como “Ransom” –“Rescate”- con Mel Gibson, “Heat”, u otras tantas planea a lo largo de todo el film, que más bien parece una especie de “collage” mal encajado de todas estas películas, utilizando indiscriminadamente recursos –e incluso secuencias- para hacer avanzar una historia de la que ya sabemos, indudablemente, el final.
El formato televisivo es, por otra parte, otro de los lastres de la cinta, que más bien parece un telefilme que una auténtica película de estreno, tanto por su falta de originalidad como por su desaforado intento de llamar la atención y barata comercialidad. En cuanto a la interpretación, Douglas vuelve al tipo de personaje sufridor que ya experimentó tangencialmente en “Instinto básico” y de manera más implícita en “Atracción fatal” u “Acoso” y Brittany Murphy decididamente se ha sobrevalorado en un registro que ya estamos hartos de ver en la producción de Hollywood. Resulta desesperanzador ver a actores como Sean Bean encajados en este tipo de filmes que no aporta decididamente nada al panorama cinematográfico y que sólo suponen una búsqueda de rentabilizar una inversión. Aunque dirigida con corrección, es bastante previsible y tópica.