Ficha película

Título:
Atlantis: el Imperio Perdido
Director:
Gary Trousdale y Kirk Wise.
Intérpretes:
(En las voces originales): Michael J. Fox (Milo Thatch), James Garner (Comandante Rourke), Leonard N
Calificación:
Crítica

Recientemente se ha cumplido el centenario del nacimiento de Walt Disney, uno de los innegables visionarios del mundo del cine. La compañía que creó ha sido la responsable de todo un universo de fantasía que ha hecho soñar a varias generaciones, convertirtiéndose en el referente de cabecera para la entrada a un imaginario mundo poblado de animalitos encantadores, de princesas y príncipes, de brujas malvadas y mágicos conjuros que se salvan con amor... una poética maravilla que ha forjado buena parte del inconsciente colectivo del siglo XX.


Y en los albores de este nuevo siglo XXI en el que estamos, parece que han perdido el norte: únicamente sus compañías “subsidiarias” como la Pixar está logrando mantener la rentabilidad en la explotación de sus productos con películas como “Toy Story” (y su saga) o la reciente “Monstruos S.A.”, que ha arrasado en los Estados Unidos, y que todavía está por llegar. Pero... ¿qué ha pasado con las películas de animación de toda la vida que año tras año entraban a formar parte en la vida de millones de niños (y adultos)? Pues que ya no funcionan. Elucubrando, modestamente, creo haber desentrañado buena parte de la paradoja, ya que si “El Rey León”, “La bella y la Bestia” (por poner ejemplos más o menos recientes) han funcionado como película y merchandising... ¿Porqué no lo ha hecho “El jorobado de Nôtre Dame” o “El emperador y sus locuras”? Seguramente, por las prisas. Les cuento: la Disney era una compañía que a pesar de tener una estructura empresarial y económica modélica (fueron casi los inventores de los parques temáticos, amén de todos los muñecos, camisetas, cromos, tazas y merchandising propios de las películas) seguía conservando buena parte de la filosofía “artesanal”, tardando varios años en sacar una cinta a la explotación comercial. La falta de competidores les ayudaba y les certificaba su éxito clamoroso a cada producto en un mercado ávido. El problema, es que surgió la competencia, con la Fox, la Dreamworks... y la Disney tuvo que entrar en la dinámica de hacer una película al año, igualándose, entonces, en el ámbito creativo con el resto de sus competidores y ofreciendo filmes tan erráticos y vacíos como los de la última producción de animación “convencional”.


Ahora han querido dar un giro a su filosofía, intentando captar a un público más adolescente que infantil, con una película centrada en el descubrimiento del perdido continente de la Altlántida. Pero el diseño de personajes confuso, la inclusión de un sentido del humor que, a todas luces, no encaja, y un guión mal escrito, hacen del film una experiencia frustrante, máxime si encima se torna largo y aburrido. Y es que la Disney ha pasado de hacer maravillosos platos artesanales, con mimo, dulzura e inteligencia, a hacer hamburguesas rápido y a lo loco, con tal de que la gente las consuma y, evidentemente, se han equivocado. El éxito continúa, al menos para ellos, todavía perdido.


Federico Casado Reina



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