Ficha película

Título:
Harry Potter y la piedra filosofal
Director:
Chris Columbus
Intérpretes:
Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, John Cleese, Robbie Coltrane, Richard Harris, Ian Hart,
Calificación:
Crítica

La revolución literaria de este personaje ha sido tan paradójica como la de su autora, una mujer que de la noche a la mañana vio convertida una vida precaria en un racimo interminable de premios y fama, además de millones de libros vendidos que recuperaban buena parte de la magia e ilusión propias de la infancia y adolescencia, huyendo de los terrores tecnológicos del gameboy o los pokemon –que no están mal para un ratito, pero como exclusividad tampoco es plan-.
Igual de paradójico ha sido que tras muchas grandes productoras soñando con la versión cinematográfica, y muchos directores implicados en el plausible proyecto como el mismísimo Spielberg, haya sido finalmente la Warner Brothers la encargada de llevarla al cine, con Chris Columbus como director. Si bien es cierto que la visión comercial de este hombre está fuera de duda –ahí tienen la saga de “Solo en Casa”-, su calidad como realizador podría ponerse en entredicho, pero no es menos cierto que en algunos momentos sus trabajos tenían algún destello de genialidad, como en el caso de “El Hombre bicentenario”, adaptación de la obra de Isaac Asimov que tenía mucha más enjundia de la que se presuponía. Por ello, la dirección de este nuevo film ha supuesto un considerable salto cualitativo y cuantitativo en ese realizador.
Ante todo, “Harry Potter y la piedra filosofal” es una elegía a ese mundo puramente británico en la tradición de Mark Twain, Oliver Twist e incluso “Annie”: si a todo ello le unimos la dulzura y el componente entrañable de ese universo de fantasía y magia propio de la infancia, tenemos una combinación demoledora, ya que el film toca todas y cada una de las teclas necesarias como para hacer soñar al más rudo y pétreo de los niños... y de los mayores. Todo comienza cuando un bebé es entregado a sus tíos para que lo cuiden, cosa que hacen desde la óptica más tiránica y cruel; el gran cambio sobreviene cuando el pequeño Harry –que vive en el hueco de la escalera, esclavizado por un aborrecible primo gordinflón- descubre en su undécimo cumpleaños su verdadero destino, el de convertirse en el mayor mago de la prestigiosa academia Hogwarts. A partir de entonces, las increíbles aventuras que vivirá formarán parte de un alucinante viaje en la imaginación.
Realizada con sapiencia, el acierto del film consiste en retratar esa mágica atmósfera europea, y aún más británica, cosa que Columbus logra –paradójicamente, siendo norteamericano- con creces. El gran problema es que, en un celo excesivo de literalidad con respecto a los libros, los productores y el guionista –nada más y nada menos que Steve Kloves- han intentado retratar todos los elementos, extendiéndose quizás demasiado en el metraje final. Pero desde luego, la dirección artística, la escenografía, los actores –perfecto Daniel Radcliffe como Potter-, y todo en general nos hace viajar a ese divertido, entrañable y dulce universo mágico de sueños en el que, como le pasaba a Peter Pan y a toda su troupe, que no crecía jamás, “irás pero no volverás”... porque en el fondo ¿a quién le gusta crecer?


Federico Casado Reina



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