Ivan Reitman ha sido un director que, aunque acostumbrado a las grandes producciones, tenía cierta gracia. Su vocación claramente mercantilista del espectáculo cinematográfico ha arrojado éxitos de taquilla tan fastuosos como “Cazafantasmas”, donde utilizaba elementos similares a los del film que nos ocupa: cine fantástico -en aquella ocasión, fantasmas, ahora extraterrestres- y humor. El problema es haber desposeído de su última “película” -y la pongo así entrecomillada, porque no se puede hablar de una auténtica película, tal y como la entendemos, sino más bien de un anuncio de hora y media...- de todo elemento “artístico” asociado al producto meramente industrial.

El planteamiento de la historia es tan manido como oportuno para satirizar el tema: un meteorito llega a la tierra con una extraña sustancia extraterrestre que evoluciona a una velocidad vertiginosa, poniendo en peligro la actual vida en el planeta. El descubrimiento de la sustancia -de la que saldrán todo tipo de seres- es descubierto por unos atolondrados científicos locales que serán sustituidos a toda velocidad tras conocer la noticia por toda la parafernalia militarista del gobierno USA que intenta controlar el caso. Paradójicamente, la inteligencia satírica que en mayor o menor medida demostró Reitman en el pasado -riéndose de los tópicos del mismísimo Schwarzenegger en “Poli de Guardería” o “Los gemelos golpean dos veces”- ahora está completamente ausente, creando un producto que no es más que una utilización barata de efectos especiales y tópicos. Si a ello sumamos que los “gags” son auténticamente groseros y faltos de imaginación, tenemos un resultado final que deja bastante que desear. Es casi imposible olvidar al trío formado por Jim Abrahams y los hermanos David y Jerry Zucker; ellos sí que han conseguido destilar una eficiente y aguda forma de fustigar e ironizar a los géneros cinematográficos más clásicos, llevando los tópicos a tales extremos, que desembocan en la comedia. Pero Reitman sencillamente, los ha usado como el que intenta articular una historia sin sorna alguna.

Lo que es ya insultante -al menos para los que amamos el género fantástico- es que actores míticos del género como David Duchovny -“Expediente X”- o actrices de culto como Julianne Moore -que parece haber perdido el norte tras su participación en “Hannibal” y ahora en este film- estén presentes en el proyecto; al parecer, y como dijera Quevedo, poderoso caballero es Don Dinero, que convoca lo imposible y es capaz de conseguir que una película donde se podría incluir alguna marca publicitaria de champú, se convierta, directamente, en un anuncio del mismo, donde el producto de limpieza capilar -un producto real que se compra en el supermercado, que no ficticio- es el elemento fundamental para eliminar la amenaza extraterrestre. Quizás es que sea otra forma de “evolución” del cine.