Ficha película

Título:
Moulin Rouge
Director:
Baz Luhrmann
Intérpretes:
Ewan McGregor, Nicole Kidman, John Leguizamo, Jim Broadbent, Richard Roxburgh, Jacek Koman.
Calificación:
Crítica

Ahora que todo el mundo se apresura a colgarse la medalla de “modelno” (así, con l), conviene recordar que hace ya unos cuantos años que el musical ya estaba de moda. Antes de Lars Von Triers y “Bailar en la Oscuridad”, Baz Luhrmann ya hizo “El amor está en el aire”, y sobre todo “Romeo y Julieta de William Shakespeare”. Ambas cintas eran una inesperada y contemporánea visión de lo que significa el género del musical cinematográfico, donde lo verdaderamente importante es provocar la emoción, la exaltación o enternecimiento de los espíritus a través de la música y la danza. Estas dos expresiones artísticas que casi siempre han estado supeditadas en la historia del cine al argumento de las mismas, en manos de este realizador fraguado en las bambalinas teatrales suponen una auténtica explosión creativa, rozando lo puramente estrafalario, pero consiguiendo crear un universo propio en cada película. “Moulin Rouge” es tan excitante como el más selecto cabaret de París, y tan irreverente como la “revolución bohemia” heredada por los protagonistas en el barrio del Montparnasse: un autor británico sin blanca llega hasta paris en 1899 y conocerá a la mujer de sus sueños, Satin, que en cambio está más interesada en los cuartos que puede sacerle a un Duque para montar un espectáculo en el famoso “Molino Rojo”, una sala de fiestas donde es la indiscutible estrella.
Tanto la selección musical –¡¡con una revisión desde “Sonrisas y lágrimas” hasta Madonna, David Bowie, Elton John, o Puccini!!- como el diseño de producción son de verdadero alucine, en una barroca representación de la llegada de un nuevo siglo lleno de cultura, libertad y sentimientos, aboliendo los intereses sociales y con un hálito de ilusión y esperanza por mejorar el mundo. La selección de actores ha sido francamente brillante, desde unos inesperados Ewan McGregor y Nicole Kidman, que se destapan como dos estupendos cantantes y bailarines, hasta toda una pléyade de impagables secundarios, como John Leguizamo que da vida a un morboso Toulouse Lautrec o la mismísima Kilye Minogue, que interpreta al “Hada verde” que “vive” en la alucinada absenta que todos alegremente consumen.
Desgraciadamente, resulta algo penoso que tamaño despliegue audiovisual y musical no se corresponda con un guión de mayor enjundia, ya que tras los primeros veinte minutos, evoluciona con la misma intriga que un cubito de hielo derritiéndose. Un desarrollo demasiado lento argumentalmente, subrayado por unas canciones repetitivas –bueno, en realidad es la misma canción y diversas versiones- consiguen que desgraciadamente, el producto se malogre. De todas formas, merece la pena señalar el deslumbrante e imaginativo diseño musical y de producción de este salvaje mestizaje artístico y musical.


Federico Casado Reina



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