Ficha película

Título:
La soledad
Director:
Jaime Rosales
Intérpretes:
Sonia Almarcha, Petra Martínez, Miriam Correa, Nuria Mencia, María Bazán, Jesús Cracio
Calificación:
Crítica

Alguien dijo alguna vez que el arte debe de estilizar y modelar la realidad para enseñarnos algo nuevo, una interpretación de aquello que vivimos diariamente, para de esta forma, llegar a entenderlo mejor. A día de hoy, muchos pintores han destilado técnicas para representar el mundo y captar momentos de una manera original. Lo más sorprendente de este realizador catalán es que igual que nos deslumbró a todos con Las horas del día, a la hora de plasmar la vida cotidiana de un asesino en serie, ahora vuelve con todo su equipo de colaboradores –es casi íntegro el reparto técnico de su segunda película comparada con la primera- para retratarnos una visión tan cotidiana, tan normal dentro de la vida diaria de España, que resulta casi un documental más propio de la televisión –y del ya mítico programa Vivir cada día- que de un producto de ficción: Adela, una mujer de pueblo, decide romper radicalmente con su vida y se marcha a trabajar a Madrid, con todos las ventajas e inconvenientes que ello tiene. Al llegar se mete en un piso con dos personas más y entre los tres viven razonablemente bien, hasta que la hermana de una de sus compañeras de piso enferma de cáncer y entre su familia empieza una lucha. Además de todo ello, Adela sufrirá los efectos de un brutal atentado terrorista que dará un giro a su vida…. Vamos, que si cogemos las páginas de cualquier periódico tenemos el guión sin necesidad de que nos inventemos nada.
Entonces, ¿Dónde está la frontera exacta en el que el género cinematográfico llamado realismo social deja de serlo para convertirlo en una crónica más o menos acertada de la realidad? Si ponemos de ejemplo un film andaluz bastante cercano como Solas, no cabe la menor duda que es necesaria cierta estilización de las aventuras y desventuras de los personajes protagonistas, y que es necesaria una nota de lirismo e incluso un tono épico para mostrar el drama y el conflicto de los personajes: si como sucede en el plomizo nuevo cine catalán –con exponentes como el actualmente denostado Cesc Gay- lo que nos muestran son trozos de vida cotidiana, más vale que miremos a nuestro alrededor en vez de irnos al cine, porque lo que nos encontraremos allí no es nada nuevo, ni nada original, ni nada sorprendente. La verdad, creo que hay que ofrecer una alternativa al espectador más allá que las historias personales –o no tan personales- de un director para atraerlo a las salas cinematográficas, ya que se ha demostrado de sobra que con este tipo de filmes el cine español va a pique, cuesta abajo y sin frenos. No se trata de los efectos especiales de Piratas del caribe 3 –que tampoco sirven para nada sin una base dramática- sino de ofrecer una visión más allá de lo que nosotros mismos podemos ver viviendo cada día.


Federico Casado Reina



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