Qué pena. Viendo estas cosas se le caen a uno el alma a los pies, sobre todo si como yo ha sido fanático y seguidor de las películas de piratas clásicas de la historia del cine como El Halcón de los Mares y otras tantas que nos hicieron soñar de niños, y que de adultos tuvimos la oportunidad de comprobar la excelencia de su guión y su calidad como película. Pero quizás es que nos estamos equivocando: esto no es propiamente una película, sino un enorme anuncio de merchandising para vender muñecos, videojuegos y por supuesto, atracciones en los parques temáticos. Resulta curioso como precisamente una atracción de un parque Disney originó la primera cinta de esta franquicia -que no estaba mal, conociendo sus propias limitaciones de cine espectáculo, exclusivamente- y como en esta tercera parte se ha buscado un guión completamente inexitente y que se supedita por completo en los efectos especiales que se pueden generar por ordenador -es como cuando un niño descubre una nueva herramienta y la prueba una y otra vez como dicienco: mira que guay soy y lo bien que queda..- para que la gente se quede alucinada en el cine. Pero el guión es lo más penoso y ridículo que he visto en años, reduciendo el nivel de inteligencia del posible espectador a los 3 años -en serio, 3 años- donde todo vale con tal de que haya otra secuencia de acción espectacular. Los personajes cambian de opinión y bando a cada plano, confundiéndose bastante la trama -que casi no existe-. Las leyendas que justifican los efectos especiales son de una ridiculez tal que te entran ganas de reír cuando, cariacontecidos, los actores la sueltan como el que suelta un diálogo normal -ahora ya no es que esté el Kraken, sino la mismísima diosa del mar, Calypso (¡¡¡toma tela!!!) que solo aparece para hacer una escena tipo Gulliver y justificar algún que otro plano-. El desenlace es lo más estúpido que he visto jamás en el cine, los actores han llegado a un nivel de tontería -con interpretaciones francamente maniqueas, desde el gran Geoffrey Rush, que no para de gritar con una voz tan ronca que no se le oye, hasta el Orlando Bloom con cara de guapito inexpresivo o por supuesto Johnny Depp haciendo literalmente el tonto con sus otros yo que aparecen como Pedro por su casa, saliéndole en plan diablito y angelito de las rastas, aconsejándole... una lástima-.
Sinceramente, me sentí insultado viendo este film, y ni siquiera las palomitas, los refrescos o las chocolatinas hacían disfrutar de este engendro aburridísimo (más de 3 horitas de película...) que solo provoca bostezos y que a la tercera vez que hemos visto las secuencias de espadas, barquitos con cañones y gestos idiotas, lo único que provoca es un sopor realmente incontrolable. Estoy seguro que el videojuego será mucho menos aburrido, sobre todo porque la historia la podremos ir haciendo nosotros y no los guionistas de encefalograma plano que han firmado esta auténtica mierda (claro que viniendo de la actual directiva Disney, probablemente habrán metido la zarpa muchos productores geniales que pretendenrán rentabilizar la inversión en las atracciones de feria que quieren vender en su agencia de viajes para parques temáticos). Disney, quién te ha visto y quién te ve...