¿Qué le ha pasado a Fincher? Menuda decepción. Casi no podía comprender como un cineasta del calado y envergadura del creador de Seven o El club de la lucha y uno de los realizadores contemporáneos más interesantes de todo el panorama internacional cometía el mayor e imperdonable error en el cine: ABURRIR!!
El material de partida es el caso del asesino del zodiaco, un psicópata que mantuvo durante años a la policía de San Fracisco, enviando además criptogramas y mensajes cifrados. Este personaje, que ya tiene toda una mitología popular en el país de las hamburguesas, es un completo desconocido a nivel popular en el resto del planeta, y lo mismo que en los USA el best seller ha sido leido por millones de personas, allende las fronteras estadounidenses conocemos poco -o muy poco- del personaje. Por ello, probablemente, muchas de las claves del film nos parezcan fuera de tono, o sencillamente incomprensibles. Pero lo peor no es eso. Lo peor es saber de qué va la película. Me explico: un psicópata -al que no vemos en todo el film- se carga a una parejita de adolescentes, y como le coge el gustillo, sigue haciendo de las suyas. Para colmo, envía mensajes para cachondearse de la prensa y la policía, intentando establecer un juego del gato y el ratón del que además, siempre saldrá bien parado. Una vez sentado ese precedente, el problema de Fincher está en encontrar los auténticos protagonistas. ¿Son los polícías? ¿Los periodistas? ¿El psicópata? ¿Las víctimas? Un follón. Y lo peor, un follón que transcurre a lo largo de más de 40 años -tal y como suena- con permanentes saltos temporales de días, meses, años o décadas, a razón de lo que le salga de las narices al guionista. El remate de los tomates viene cuando encima la película dura casi tres horas. Realmente insoportable.
Si, actores muy buenos y bien dirigidos. Si, momentos de espectacularidad visual -plagiados en parte de El club de la lucha, con las letras incrustadas en las paredes por donde andan los personajes- y fotografía excelente. El problema es que todos esos recursos, que hasta ahora habían servido y encajado perfectamente dentro de la anterior filmografía de Fincher, ahora solo están porque quedan bien y bonitos, sin aportar prácticamente nada a la historia. Lo dicho, una gran decepción y un gran aburrimiento. ¿A estas alturas, conociendo a Norman Bates, Michael Myers, El Joker, Jack Torrance, Jason Voorhead y por supuesto a Hannibal Lecter, nos va a sorprender un psicópata?