Ficha película

Título:
La Maldición de la Flor Dorada
Director:
Zhang Yimou
Intérpretes:
Chow Yun Fat, Gong Li, Jay Chou, Liu Ye, Chen Jin, Ni Dahong, Li Man
Calificación:
Crítica

Contemplando –porque esta película no solo se ve, sino que se contempla, con no poco estado de éxtasis- la espectacularidad palaciega e imperial que retrata el gran Yimou en esta película, podemos llegar a entender el boato, sumisión y abnegación de los súbditos de China durante siglos, que contemplaban toda la espectacularidad y grandiosidad de las dinastías dirigentes en su particular mundo de lujo y refinamiento, a años luz de lo que sucedía en la Europa Medieval arrasada por la incultura, las plagas y la barbarie. El realizador nos traslada al siglo X de nuestra era –según el cómputo chino, ellos ya llevaban casi 2000 años de cultura por encima- en la que el boato de la dinastía Tang oculta toda una serie de siniestras intrigas palaciegas para hacerse con el poder y derrocar al emperador.
Yimou, que ya ha realizado crónicas de su país desde muchas ópticas –incluidas las artes marciales con dos filmes realmente impresionantes como Hero o La casa de las dagas voladoras- ahora vuelve a tomar a su actriz fetiche Gong Li –con la que lleva trabajando desde Sorgo Rojo, su primer film- para encarnar el arriesgado y complejo papel de la emperatriz, una mujer sometida al refinado y cruel designo de su marido, el emperador y arrastrada por una pasión oculta hacia su hijastro, el príncipe heredero. Si creen que esto parece una versión oriental de Falcon Crest, han acertado de pleno: los recovecos, intenciones, planes dentro de otros planes se van sucediendo con gran sutileza, y van conformando un panorama realmente desolador, que pone de manifiesto una de las máximas populares chinas sobre los grandes emperadores: oro y jade en el exterior, podredumbre y decadencia en el interior.
Además de un diseño de producción que deja boquiabierto al espectador más exigente –con planos de la ciudad prohibida llenos de miles de soldados, con barrocas decoraciones imposibles de miles de cristantemos amarillos, trajes y tocados alucinantes…- no se vayan a creer que este film olvida el componente de las artes marciales, ya que cuando aparecen están al mismo nivel de espectacularidad del resto del film; impresionantes ejércitos que utilizan diversas técnicas de lucha y armas, temibles e implacables espías capaces de las mayores proezas sin emitir un sonido… en definitiva, todo un prodigio y espectáculo visual en todos los ámbitos. Como elemento añadido, también tenemos unas brillantes interpretaciones que, desde Gong Li hasta el famoso Chow Yun Fat, sin olvidar a Qin Junjie o Jay Chou, bordan cada uno de sus papeles, con todo el dramatismo que encierra el film. Quienes disfruten de todo lo oriental, lo harán sin duda con este film de neto sabor chino, y que quizás requiera cierta comprensión añadida para algún público que verá claves demasiado extremas en comparación con el cine comercial convencional.


Federico Casado Reina



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