Encajar dentro de una sociedad tan competitiva y poco comprensiva como la norteamericana no es nada fácil, ni siquiera si uno ha sido un militar condecorado con honores, y si no que se lo digan a Rambo. Aunque la Guerra de Vietnam ya queda un poco lejos, ahora tenemos el conflicto de Irak como el otro referente para muchos jóvenes que han servido en el ejército y que posteriormente ha tenido que adaptarse a una nueva realidad personal –y laboral- nada fácil. Es precisamente eso lo que le sucede al protagonista, un exmarine que busca su propio destino en la sociedad civil tras volver de Irak. Ayudado por un compañero que también vive en la misma ciudad –y cuya situación tampoco es nada agradable, pues es mantenido por su esposa-, tendrán que ir ambos a buscarse literalmente la vida como mejor puedan, e intentar que su pasado de hombres duros no les haga zozobrar en la comunidad de California.
Guionista de Training Day, David Ayer debuta con este film hecho a la medida para impactar y hacer meditar a muchos: ¿realmente la guerra sirve para algo, bien sea en el frente o en la retaguardia? Posteriormente Ayer ha demostrado su capacidad comercial escribiendo los guiones de películas como A todo gas o la adaptación cinematográfica de S.W.A.T.-Los hombres de Harrelson, y ahora también se deja entrever su vista a la hora de lograr un éxito de taquilla, aunque probablemente al descontextualizarlo de Estados Unidos, este film no tenga tanto tirón, a pesar del guapo Batman –Christian Bale- y de la espectacular Eva Longoria. Después de dos años de su estreno en salas norteamericanas, ahora llega a las pantallas españolas, con una vocación modesta, pero con todas las claves del cine de acción convencional, más una nota social algo cruel pero efectiva a la hora de mostrar los bajos fondos llenos de prostitución, drogas, tráfico de armas y todo tipo de recovecos oscuros del alma humana. Decir que las interpretaciones son uno de los puntos fuertes del film, especialmente la de Christian Bale, que ha sabido encajar de sobra en sus papeles de adulto, olvidado ya su faceta infantil que tan bien explotó Spielberg en El Imperio del Sol.
Siendo honestos, este film no añade nada nuevo al panorama cinematográfico internacional, pero es una muy brillante traslación de todos los temas clásicos de adaptados, rebeldes y luchadores, a los que el destino siempre termina jugándoles una broma cruel.