No se muy bien por qué se han empeñado muchos en descalificar la anterior incursión cinematográfica de Mr. Bean, ya que tenía secuencias -como la del cuadro destrozado y vuelto a pintar por el propio personaje o la de la operación con los lacasitos...- que eran antológicas. Bien, es cierto, no tiene el ritmo ni la cadencia del programa televisivo, que resulta desternillante y con gran agilidad, pero la primera película del inclasificable personaje, tenía su gracia. Ahora el problema ha sido -¡ay!- en intentar repetir esa gracia, que no ha resultado. Si bien es cierto que existen momentos realmente divertidos en el film -y que vienen de mano del propio protagonista, con imposibles gags como el doblaje de una opera que es para morirse de risa...- la cruel y dura realidad es que es un film aburrido, algo pretencioso y que cuyo único aliciente tiene los momentos en que Mr. Bean hace de las suyas, y eso podría haberse contado en cine, televisión, internet o donde fuera. La historia es bien simple: el desastrado Mr. Bean gana un concurso en el que le regalan unas vacaciones a la costa azul y en su viaje terminará nada más y nada menos que en el mismísimo festival de Cannes, ayudando al hijo de un director ruso a llegar hasta la muestra cinematográfica, mientras que la policía les busca al creer que le ha secuestrado.
Este arranque, que podría haber sido brillante en su desarrollo, se queda en simples anécdotas de Mr. Bean, pero el problema es la irregularidad: a veces son geniales y divertidas, y otras no tanto -y generalmente, todas ellas son bastante predecibles-.
Es precisamente ese elemento el que hizo que este personaje mediático -no confundir con nadie del faranduleo tomatero, dios nos libre...- el sorprender, el no saber cuál iba a ser su siguiente reacción ante un acontecimiento normalmente cotidiano -recordemos el momento del examen, o el momento de pedir un steak tartare en un restaurante, sin olvidar cuando hizo el pavo en el día de navidad...-. Ahora todo lo vemos venir, y si, es cierto que a veces tiene gracia, pero otras....