Aunque no es la mejor de Scorsese, podríamos decir que el genial realizador italoamericano ha vuelto al subgénero de los gángsters (del que es un auténtico maestro) para recrear una historia que ya hicieran famosa Andrew Lau y Alan Mak en Infernal Affairs, una película de Hong Kong que en 2002 logró que toda la tradición del cine de acción asiático se mezclara en simbiosis perfecta con la narrativa audiovisual occidental y toda la tradición policíaca de Hollywood. Ahora se han invertido las tornas, y ha sido la propia industria norteamericana la que ha hecho suya una historia muy original y capaz de añadir una nota de originalidad a este género: dos cadetes de la academia de policía terminan siendo topos, pero mientras uno es dentro de la propia policía, sirviendo a un peligroso jefe mafioso, el otro se integra en los sicarios de esa misma mafia, y ambos paralelamente intentan dar información a sus propios jefes.
Uno de los mayores aciertos de la película ha sido la elección de los dos actores protagonistas, ya que tanto Damon como Dicaprio están sencillamente geniales, en un nivel de madurez interpretativa realmente notable. Acompañados de un elenco de secundarios de lujo -donde destacan Jack Nicholson y Mark Whalberg- el film es otra vuelta de tuerca sobre la fidelidad y la ambición, elementos que ya planteara Scorsese en filmes como Uno de los Nuestros o Casino, solo que ahora ha modernizado su lenguaje visual, acercándose mucho más a la narrativa televisiva para crear una cinta ágil y contemporánea, muy al nivel de series de moda como CSI o Perdidos, pero sin abusar de los recursos gratuitos: en esta cinta todo lo que está sirve para articular la historia y convirtiendo cada secuencia en poderosos muelles que hacen saltar muchos momentos intensos de una película que además siembra la duda de la frontera entre la legalidad y la clandestinidad, logrando establecer el paralelismo entre ambos mundos, ya que como dice el propio personaje que interpreta Jack Nicholson en el film: cuando tienes una pistola en la mano ¿qué diferencia hay si eres policía o ladrón?