Ficha película

Título:
El Diablo se viste de Prada
Director:
David Frankel
Intérpretes:
Meryl Streep, Anne Hathaway, Stanley Tucci, Simon Baker, Emily Blunt, Tracie Thoms
Calificación:
Crítica

La encomiable capacidad que tienen las producciones norteamericanas en satirizar el demencial modo de vida de Estados Unidos siguen campando a sus anchas en las grandes películas de los grandes estudios, que resquebrajan una vez más el llamado sueño americano y lo reducen a verdaderas pesadillas laborales donde el pobre trabajador recién llegado a una empresa es tratado como un esclavo hasta que su vida fuera de su trabajo llega a extinguirse y solo entonces puede progresar. Desde una óptica satírica y no exenta de una cruel ironía sobre el mundo de la moda –desde la obsesión por las tallas hasta los duelos por conseguir diseños e información privilegiada antes de los pases de temporada- el televisivo David Frankel bucea en la vida de una inocente periodista recién licenciada que cae dentro de un nido de víboras que es una de las más prestigiosas publicaciones de moda, y donde la más venenosa de las serpientes es la redactora jefe, para quien trabajará la novata directamente. Rápidamente, la pobre chica tendrá que adoptar todas las costumbres de ese particular universo, llegando a filtrar todo por el glamour, que puede llegar a matarte si no lo encajas bien en tu vida.

Aunque el best seller vendió lo suyo en los Estados Unidos, la historia no cuenta nada nuevo: no es más que el mito de la Cenicienta actualizado, solo que en vez de una familia que le amarga la vida a una pobre chica, es la empresa donde entra a trabajar la que lo hace -¿o es que acaso las extenuantes jornadas laborales no convierten a los compañeros de trabajo en parte de la familia del trabajador?-. El elemento más interesante del film es la personalidad de Miranda Priestly, interpretada con gran acierto por una Meryl Streep que supera todas las expectativas de glamour, maldad y egoísmo, dejando a la bruja de Blancanieves a la altura de la Madre Teresa de Calcuta. La réplica de la cinta, la tiene Anne Hathaway, a quien vimos recientemente en Brokeback Mountain, y que tiene aproximadamente el mismo registro actoral de Princesa por sorpresa, esto es, una chica que llegada a un ambiente que no es el suyo termina no solo por integrarse, sino además lograr ser la mejor.

Como comedia liviana funciona bien, pero se echa en falta algo más de calado dramático que la historia podría haber tenido, siendo capaz de prolongar la reflexión de la historia en varios momentos claves de la misma. No obstante, lo predecible del desarrollo argumental llega a cansar en algunas ocasiones: eso ya lo hemos visto muchas veces desde Wall Street a El Secreto de mi éxito. La única diferencia es que ahora la historia se ubica en el mundo fashion de la moda, y todo tiene mucho más estilo.


Federico Casado Reina



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