Lo mejor que puede tener una película es coherencia; es decir, si un producto de entretenimiento entretiene, miel sobre hojuelas. Tampoco podemos pedirle a una película de gran profundidad psicológica y dramática que haga las delicias del llamado público familiar. Por ello, hay filmes para todos los gustos…y públicos. La cartelera de verano nos ofrece una cinta ubicada en el género de las vacaciones, es decir, aquellas películas en las que una familia más o menos bien avenida –aunque con las rencillas propias- decide disfrutar junta del periodo de descanso, llegando a ocasionarse generalmente una catástrofe en todos los aspectos. Al igual que Chevy Chase se convirtió en un referente en este tipo de películas, e incluso la cinematografía europea ha intentado hacerse un hueco en este tipo de filmes con la saga Una familia Tronada, ahora ha sido nada más y nada menos que el camaleónico Robin Williams el padre de familia que embarca, literalmente, a su mujer y a sus dos hijos en una enorme autocaravana para recorrer buena parte de Estados Unidos –una fijación que tienen todos los norteamericanos y que no se explica muy bien por qué…-. Podremos decir lo que queramos, pero es una película honesta y lo que es mejor, funciona a nivel de liviana comedia familiar.
Aunque el guión de la película no es ningún dechado de originalidad, lo cierto es que funciona bien, tanto a nivel cómico –con espectaculares secuencias visuales, entroncando casi con el clásico slapstick- como en la progresión del ritmo de la historia, en la que vamos descubriendo algunas pistas que sin ser nada novedosas, añaden algún elemento interesante al guión. Evidentemente, el arquitecto y responsable de este film, Sonnenfeld, ha sido crucial a la hora de revitalizar un género bastante trillado, y todo el barroquismo visual demostrado holgadamente en filmes como Men in Black se conjuga con la sátira e ironía que también ha demostrado en Cómo conquistar Hollywood, sin dejar de estar orientada a ese sector denominado para todos los públicos que de seguro llenará las salas en la época veraniega, la historia tiene alguna que otra carga de profundidad a la hora de dinamitar una supuesta unidad familiar perfecta, desvelando algunas de las claves más ocultas en el padre perfecto, la madre perfecta o los hijos perfectos. Y nada mejor para descubrirlo que meterlos por obligación durante unas semanas en una furgoneta, esperando que se cueza en su jugo. Por eso, seguro que al preguntarles a la vuelta de las vacaciones, la pregunta sería ¿las has pasado bien o en familia?.