Ficha película

Título:
La bicicleta
Director:
Sigfrid Monleón
Intérpretes:
Sancho Gracia, Pilar Bardem, Barbara Lennie, Javier Pereira, Alberto Farreiro, Carlos Bardem
Calificación:
Crítica

En los realizadores emergentes del nuevo cine español, suele pasar exactamente lo mismo que en pasadas generaciones de cineastas: se corre el grave peligro de hacer las películas para uno mismo, más que para los espectadores. Lógicamente, la búsqueda de una comercialidad no tiene que ser el único miramiento a la hora de hacer cine, pero desde luego, si que debe de haber una cierta conexión con la audiencia a la hora de transmitir un determinado punto de vista, o se corre el riesgo de entretener únicamente a los propios amigos del director y algunos despistados más que se pasen por el cine. Monleón, que tiene maneras de los mejores contadores de historias en imágenes, logró componer un retrato fascinante en La Isla del Holandés, su primer film, y ahora vuelve con una película que tiene todos los ingredientes para atrapar al espectador: una bicicleta realizada artesanalmente pasa de mano en mano, siendo el único nexo de unión para contar las variopintas historias de una galería de personajes entre los que están un niño huérfano de madre que busca su sitio, una estudiante de chino de 20 años que se gana la vida de mensajera, o una anciana que será desahuciada próximamente de su casa.
En el intento de trazar una visión de cada una de las problemáticas sociales en todos los segmentos de edad, el director se pierde a la hora de hilvanar las pequeñas tramas de cada uno de los protagonistas; lo que Wayne Wang realizó magistralmente en Smoke, convirtiendo un estanco en el epicentro de un microcosmos de barrio, o Robert Altman en Vidas Cruzadas, con la ciudad de Los Angeles como telón de fondo de todas las historias, ahora Monleón intenta hacerlo con esta bicicleta, pero el gran problema no son las historias –todas ellas interesantísimas, entrañables y emotivas- sino la forma que tienen en concatenarse, y que a veces resulta algo artificial, cuando no artificiosa. Está claro que el director ha realizado un gran esfuerzo en esa unión, pero el trabajo no le ha salido fino, y quizás debería haber engrasado mejor la cadena de esa bicicleta, para que las pedaladas de cada una de las historias, todas ellas cruzadas, tuvieran una transmisión perfecta.
A nivel técnico, el film es verdaderamente impecable, con una factura excelente –brillante fotografía de Alfonso Parra-, también merece la pena señalar la gran dirección de actores, que consigue un tono muy bueno en la cinta casi desde el primer plano, oscilando entre el Neorrealismo y los toques sociales y mágicos de una visión más realista de la sociedad actual.


Federico Casado Reina



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