Ficha película

Título:
Las colinas tienen ojos
Director:
Alexandre Aja
Intérpretes:
Aaron Stanford, Kathleen Quinlan, Vinessa Shaw, Emilie de Ravin, Dan Byrd, Tom Bower, Ted Levine
Calificación:
Crítica

Aunque no lo parezca, dos de los géneros supuestamente más livianos del cine –la comedia y el terror- son los más difíciles de realizar: la fina línea divisoria que existe entre la efectividad, y caer en el más estrepitoso ridículo es realmente fina, y muy pocos pueden trazarla con exactitud.
En el caso del cine de terror, muchas han sido las tentativas a la hora de redefinir un tipo de películas que paulatinamente ha ido agotando el gusto de los espectadores, bebiendo de fórmulas cada vez más fáciles. En los setenta, se llegó a acuñar un tipo de películas ubicada en un subgénero llamado gore, es decir, mostrar vísceras, huesos, sangre, y todo tipo de guarradas, para provocar más asco que auténtico miedo, ya que el pánico nace de lo que el espectador se imagina, no de lo que realmente ve: un zombie desmembrado, con un ojo colgando y las tripas por fuera seguro que produce muchísimo menos miedo que la sospecha de encontrarse a alguien siniestro detrás de una puerta o debajo de la cama. No obstante, siguieron proliferaron un tipo de filmes que giraban en torno a adolescentes más o menos casquivanos que eran asediados por maniacos, generalmente deformes y con algún instrumento punzante y/o mecánico, como símbolo fálico. Una de esas películas, que sin ser demasiado asquerosa, lograba una notable desazón a raíz de un guión inteligente y un manejo agudo de la realización y el montaje fue Las colinas tienen ojos, donde Wes Craven logró dar un balón de oxígeno a estas cintas, que desde Viernes 13 o La noche de Halloween empezaron a degenerar.
Por eso cuando a estas alturas, uno espera algo más de imaginación a la hora de hacer una nueva versión de una película ya realizada, cosa que no ha pasado en esta ocasión, ya que el francés Alexandre Aja –que ya demostró su talento en el género con la original Alta Tensión- ahora en su primera película en USA ha caído en los tópicos más rancios a la hora de tomar el gore para contar la historia de una familia asediada por unos mutantes viciosos, asesinos y psicópatas, que destrozan la vida de todos, desde el bebé hasta el padre, la madre o la hija menor. La galería de horrores, las vísceras y las mutilaciones no son suficientes para asustar al personal, aunque si para revolver el estómago. Si nos atenemos a que el cine de terror ha de ser desagradable, entonces esta película lo es. Pero de asustarse y pasar miedo… no demasiado, la verdad.


Federico Casado Reina



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