Muchas veces comprendemos mejor las cosas cuando ironizamos sobre ellas. Es más, resulta hasta recomendable realizar un ejercicio de divertido escarnio sobre los temas más importantes para poder asumirlos y reflexionar sobre los mismos; claro, el problema está en hacerlo de manera inteligente, sin llegar a lo obvio y a la grosería fácil. Es decir, tanto la excelente –y reciente- Plan Oculto de Spike Lee como la infamia Esto es un atraco de Mariano Ozores hablan de la misma cosa. Pero mientras que una de ellas recapacita sobre la sociedad capitalista, tiene a personajes profundos, y da una visión original del tema, la otra es un cúmulo de borderías insoportable que no tienen gracia. Si hablamos de fidelidades e infidelidades, la historia del cine está plagada de ellas –desde Gilda hasta Atracción Fatal- pero siempre se añade alguna nota innovadora sobre los vínculos de las parejas. Incluso los hermanos Coen se rieron del tema con la inteligente Crueldad Intolerable, pero si se quiere frivolizar hace falta un mínimo de inteligencia, más que nada para que los chistes hagan reír al público, o al menos, sonreír.
El problema de Mujeres Infieles es que, además de que los chistes no tienen ninguna gracia y que recurre a todos los tópicos habidos de las mujeres cansadas de una rutina, está mal rodada y aún peor dirigida. Resulta penoso que un año antes se realizara en el mismo país -¡¡y sobre prácticamente el mismo tema!!- la divertidísima y excelente Sexo con Amor de Boris Quercia, y ahora la misma cinematografía ofrezca Mujeres Infieles, que pierde varios enteros a la hora de reflexionar sobre la condición femenina, y aún más sobre su condición de lealtad: la película gira en torno a una presentadora de televisión que tras hacer un reportaje sobre la fidelidad femenina, y enseñar un informe de las Naciones Unidas en el que dice que más del sesenta por ciento de la mujeres de Chile son infieles, se ve envuelta ella misma en un sonoro adulterio que es magnificado por un rival de la cadena en el mismo canal de televisión donde trabaja. Creo que todos deberíamos reírnos un poco de todo pero ¿es de verdad necesario frivolizar de un tema como este, si se hace de una manera tan tonta y fácil? Resulta penoso que todo el esfuerzo de muchos profesionales se vea tan poco recompensado con esta cinta completamente olvidable, que no aporta nada ni al tema ni a la cinematografía chilena, y que para colmo, intenta arrojar una serie de conclusiones tan manidas que son absolutamente ridículas. Una verdadera lástima, ya que ni siquiera el esfuerzo de los actores consigue que nos creamos esta ¿reflexión? Mejor decir patochada.