Ficha película

Título:
El Juego de los Idiotas
Director:
Francis Veber
Intérpretes:
Gad Elmaleh, Alice Taglioni, Daniel Auteil, Kristin Scott Thomas, Richard Berry, Virginie Ledoyen, D
Calificación:
Crítica

Más de cuarenta guiones de la mejor alta comedia le acreditan como uno de los grandes maestros contemporáneos del género, porque pocos como Francis Veber han logrado fustigar a la sociedad actual con una inteligente y fina ironía tan cortante como un escalpelo; sus personajes, dolorosamente reconocibles por todos, cambian sus identidades, intentan sobrevivir a la hecatombe que puede suponer amoldarse a la moral social –que no se confundan, sigue existiendo con la misma vigencia, aunque con parámetros y normas distintas a la de hace veinte años- y, con una tierna visión, luchan incansablemente por ser felices. Esa felicidad artificial que proporciona el dinero y la clase social, tantas veces criticada por Veber, vuelve a estar presente en esta divertidísima sátira en la que un multimillonario sorprendido con su amante –una impresionante modelo- por un paparazzi, obliga a un pobre desconocido para que finja ser el inopinado novio la modelo, para así poder salvar su matrimonio.
Igual que pasaba en la no menos soberbia La cena de los idiotas –los avispados distribuidores han intentado aprovechar el tirón comercial de aquel título adaptando el original de este film, La dobloure en su traducción literal El Forro o El Doblez- el pobre idiota que es metido en la ecuación de la privilegiada vida de los ricos termina por no encajar exactamente bien en el papel que se le ha asignado, provocando una desternillante y a la vez ingenua hecatombe, que desemboca traviesamente en las más divertidas situaciones. Veber, además, saca partido sobrado de todos sus actores, especialmente del magnífico Daniel Auteil, ya veterano de sus filmes, sin olvidar a Gad Elmaleh, que da vida a un ingenuo personaje que se ve obligado a seguir este delirante juego.
Lo mejor del film, con gran diferencia –además de la mencionada dirección de actores- es el guión magistral guión, que articula la comedia a la perfección, sin saltarse ni uno de los resortes adecuados para hacer avanzar la historia con gran eficacia, y sin perder el tono en ningún momento. Como un mecanismo de relojería bien engrasado, Veber sigue demostrando que es un verdadero maestro en la comedia, tomando el relevo de los grandes autores de este género, y aprovechando para lanzar alguna que otra carga de profundidad contra las estructuras sociales de hoy. El inteligente sarcasmo empleado en el film, consigue que muchas de nuestras sonrisas (y risas) se queden congeladas cuando vemos las intenciones de algunos personajes, como nos pasaba con los filmes del gran Billy Wilder. Veber hace lo mismo, afianzando su incuestionable maestría como cineasta y dramaturgo con esta farsa que, como todas sus películas por livianas que sean, da mucho que pensar.


Federico Casado Reina



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