Ficha película

Título:
Hard Candy
Director:
David Slade
Intérpretes:
Patrick Wilson, Ellen Page, Sandra Oh, Jennifer Holmes, Gilbert John
Calificación:
Crítica

Es muy difícil sorprender al espectador con géneros tan populares como el terror y el suspense; después de haber visto cientos y cientos de películas de este tipo, casi podemos adivinar qué es lo que va a suceder en el siguiente plano, y por tanto, pocas veces nos sorprenden, siendo este un elemento fundamental para este tipo de cintas. Pero muy de vez en cuando, surge una cinta original, que es capaz de dejarnos boquiabiertos tanto por su simplicidad como por la forma de evolucionar dramáticamente en la historia. Hard Candy es una vuelta de tuerca de todas esas leyendas urbanas –o lamentablemente algunas veces, casos reales- en las que una adolescente incauta cae a través de Internet en manos de un pedófilo que termina por matarla, descuartizarla y haciéndola desaparecer del mapa. Este planteamiento no es nada original, obviamente, pero ¿qué pasaría si invirtiéramos los papeles en el último momento? ¿Hacia donde giraría la historia? El brillante guión de Brian Nelson enfrenta a un carismático y atractivo hombre maduro, fotógrafo de profesión, a una adolescente de 14 años que es invitada a su casa…y cuando los acontecimientos van por los derroteros que todos esperamos, resulta que la joven y tierna chica resulta ser una perturbada que se erige como vengadora de una amiga desaparecida, utilizando para ello los métodos más crueles y salvajes, por una simple sospecha.
El duelo interpretativo de los dos protagonistas –Patrick Wilson y la núbil Ellen Page, un auténtico pastelito duro (de ahí el título inglés Hard Candy, o sea, pastel severo, fuerte o cruel) destapada como una actriz de registros realmente sobrecogedores- es memorable, sobre todo por el desarrollo psicológico de los personajes, apoyados por unos diálogos realmente brillantes, como brillante es la realización de Slade, que logra que asfixiar y enervar el ánimo del espectador en un único escenario que es como el altar para un perverso sacrificio personal. El suspense y el pánico generado es enorme, debido a la impotencia que se percibe del personaje del hombre maduro, que de posible verdugo se convierte en la víctima inocente (¿o quizás no?) de la chica que busca desesperadamente al asesino de su amiga desaparecida. Pero lo más original y meritorio de este film, es que con tan pocos elementos se despliegue una malsana imaginación capaz de ir retorciendo la situación casi hasta el infinito, dando giros y más giros de guión a una historia que sobre el papel podría resultar algo tediosa, pero que articulada con la maestría de esta película la convierten en un título muy a tener en cuenta en la filmografía internacional, y sin necesidad de grandes presupuestos, ni efectos especiales, ni estrellas famosas, ni marketing agresivo: simple y llanamente un excelente guión, unos excelentes actores y un excelente director para realizar la más turbadora y cruel película que haya podido ver en muchos años.


Federico Casado Reina



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