Ficha película

Título:
Lucía y el sexo
Director:
Julio Medem
Intérpretes:
Intérpretes: Paz Vega, Tristán Ulloa, Nawja Nimri, Daniel Freire, Elena Anaya, Javier Cámara.
Calificación:
Crítica

El cineasta vasco Julio Medem es uno de los verdaderos creadores de una nueva poética cinematográfica no solo en la producción nacional, sino también en todo el mundo, donde ya es reconocido como uno de los más personales y exquisitos realizadores. Su delicadeza, unida a una prodigiosa imaginación y una capacidad visual realmente sorprendente, le hacen poseedor de un particular universo que nos envuelve, arropándonos y aislándonos del mundo real para entrar en un cosmos lleno de magia y entrañable dulzura, pero exento de todos los elementos “blandengues” que se podrían esperar en este tipo de productos. Pocas películas retratan los sentimientos humanos con la delicadeza de “Los amantes del círculo polar” o, con un prisma visualmente distinto, pero igualmente impactante, “Tierra”. Ambos filmes suponen la destilación de una forma de ver la realidad, que ya se atisbó en “Vacas” y “La ardilla roja”, y que por supuesto, está presente, aunque distorsionada en su último film, “Lucía y el sexo”.
¿Puede la pasión superar al amor? Quizás sea esta la pregunta recurrente en todo el guión que compone este filme, realizado con sapiencia y temple, utilizando de manera ejemplar la estructura y los tiempos cinematográficos... pero olvidándose -¡Ay!- del contenido del guión en muchas veces, intentando suplir con unas imágenes algo preciosistas –y por ende, y por intentar cubrir una carencia narrativa, pretenciosas- lo que falta en el contenido. Las relaciones de Lucía, una vitalista y divertida camarera y Lorenzo, un escritor en crisis, son el catalizador para un viaje personal en el que la chica irá tirando de una madeja que supondrá el hilo de su propia existencia, descubriendo a cada vuelta de la misma que el destino le está jugando una broma irónica no demasiado agradable.
La controversia por las imágenes sexuales y la contratación de actores pornográficos para el film en las secuencias explícitas –que existen, y que sinceramente, aunque no resultan ofensivas, en muchos casos, sencillamente sobran- de sexo, son elementos que bien podrían haber jugado a favor de la promoción del film, pero sencillamente se han quedado en una anécdota que en nada sirve al resultado general de la película, que queda como una sucesión de imágenes preciosas, pero mal hilvanadas y peor encajadas en una estructura narrativa realmente deficiente que resulta ridícula en muchos casos, con elementos de comedia que sobran.
Además de algunas escenas realmente deslumbrantes por su estética –estamos ya completamente convencidos con el nuevo sistema de video digital de alta definición, posteriormente retocado por ordenador funciona-, hay que destacar algunos trabajos actorales, como los de Ulloa o Nimri (¡¡por una vez!!). La que decepciona por un registro inapropiado en muchos casos es la sevillana Paz Vega, que en este film aún conserva el lastre de su faceta cómico-televisiva. Lástima, porque tanto la actriz, como la película que protagoniza, tiene momentos casi sublimes, pero desiguales en un tono general que no aguanta.


Federico Casado Reina



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