¿Viene la magia del cine del dinero que se consigue en la taquilla o sencillamente, es la ilusión que nos hace soñar con fantasías lejanas a la realidad?. La magia también proviene de personajes como Harry Potter o la saga de El Señor de los Anillos, y también está presente en el film que nos ocupa, y que pretende ser heredero de ambas franquicias cinematográficas, con una saga que se supone de al menos cinco películas, coincidiendo con los cinco libros escritos por C. S. Lewis, uno de los autores literarios más famosos de la literatura inglesa en el siglo XX; sus libros sobre la fabulosa tierra de Narnia han supuesto para los niños la misma conmoción que en los adultos supuso la publicación de El Señor de los anillos –no en vano, Tolkien era amigo íntimo de Lewis-. Por ello, este film tiene una sólida base dramática y posee toda la fantasía y ensoñación de ambas sagas; de hecho, casi podríamos decir que es una conjugación de las dos, porque por un lado, tiene la fascinación de cuatro niños con la magia, y por el otro tiene a todo un universo de seres extraños tales como faunos, animales parlantes o alados. Este cóctel sedujo bastante a Disney, que ha decidido apostar fuerte por este film para convertirlo en su nueva apuesta comercial que le intentará granjear cada Navidad grandes beneficios. Una factura impresionante y unos efectos especiales correctos –a veces, demasiado digitales, pareciendo un videojuego- son elementos que también se han intentado cuidar en este film.
La historia arranca durante la Segunda Guerra Mundial, cuando cuatro niños viajan, a través de la puerta de un viejo armario, a un reino fascinante, donde una malvada bruja ha condenado a todos a un inverno feroz. Ayudados por el Rey León –claro, Disney tenía que ser la que comprara los derechos, con este detalle…- lucharán contra el mal para lograr que la paz y el sol vuelva a bañar los páramos e impresionantes paisajes de Narnia. Desgraciadamente, el nivel del film es demasiado infantil, ya que el texto original es mucho más rico y trascendente, elementos que se han simplificado en aras de una mayor comercialidad del producto –que ya tiene disponible un gran merchandising-. Parece algo extraño que el director de Shrek y Shrek 2 ahora deje de lado su mirada irónica a las fantasías infantiles para bucear en un mundo algo ñoño y más cercano a La historia Interminable que a cualquier otra saga. Ahora a Harry Potter le han salido cuatro competidores, Lucy, Edmond, Peter y Susan Pevensie, que también utilizarán su valor y la magia para lograr que triunfe el bien en Narnia.