Ficha película

Título:
Duma
Director:
Carroll Ballard
Intérpretes:
John Wells, Hope Davis, Campbell Scott, Alex Michaeletos, Eamonn Walker
Calificación:
Crítica

Compañero de facultad de Coppolla, Carroll Ballard es uno de esos convencidos de que el cine, además de entretener, puede educar y mostrar la realidad de manera como ningún otro medio de comunicación de masas puede hacer. Aunque muchos realizadores del actual cine norteamericano puedan partir de estas premisas, pocos se mantienen limpios de la contaminación industrial que supone tratar con economistas, rentabilidad y dólares, de manera que la mayoría de las veces no cuentan las historias que quieren contar, ni de la forma en que quieren hacerlo. No es el caso de Ballard, que no solo ha logrado hacerse un prestigioso jequecito dentro del cine –llegando incluso a estar nominado al oscar como productor por Harvest, un excelente documental- sino que además ha mantenido un nivel de producción con filmes que unían una visión a la ecología y un toque sentimental bastante logrado, con filmes como Volando a casa o Los lobos no lloran. Su nueva aventura ha sido rodada en Sudáfrica, y cuenta la historia de una familia que adopta a una cría de guepardo, haciendo que sobreviva, por encima de todo, hasta que tienen que devolverla a su hábitat natural para que continúe su camino.
Lógicamente, tenemos que ser conscientes de lo que vamos a ver: una película orientada a un público infantil-juvenil, al que se le manda un bonito mensaje de hermandad con la naturaleza frente al brutal mundo moderno, que es capaz de acabar con una selva para hacer un parque temático o una urbanización de lujo con campo de golf incluido. Pero en cambio, no es una película facilona, de esas con un animalito gracioso y amaestrado, que hace gracias como una atracción de feria para que los niños se rían de las payasadas. Más bien es un nuevo acercamiento a una especie, el guepardo, que está llena de tópicos y de fantasías, consiguiendo que conozcamos con bastante lirismo y ternura la aventura de la supervivencia de estos felinos, cada vez más asfixiados en sus propios ecosistemas. El toque preciosista está presente a cada fotograma del film, subrayado por una banda sonora de Debney que logra emocionar en varios momentos –especialmente en el clímax final, el reencuentro con la madre naturaleza-. Los actores, en especial el niño protagonista, realizan bien sus respectivos cometidos, pero el auténtico protagonista de la película es el guepardo, que desprovisto de los prejuicios que muchos pudieran tener sobre él, se muestra con la sencillez de un simple gatito que también puede ser dócil y amigable, y que sólo quiere salir adelante contra todo lo que se le viene encima. De esta forma da gusto que los pequeños disfruten con la naturaleza, incluso a través de una pantalla de cine.


Federico Casado Reina



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