Ficha película

Título:
El Weekend
Director:
Pat Holden
Intérpretes:
Chris Klein, Brendan Fehr, Chandra West, Craig Fairbrass, Paul Campbell, Cobie Smulders
Calificación:
Crítica

Es curioso como la teoría de los vasos comunicantes funciona en los actuales medios de comunicación de manera asombrosa: a día de hoy, el lenguaje cinematográfico, el televisivo, los videoclips, los videojuegos, los DVD, la publicidad, comparten temáticas cuando no estética, función y actores. A la postre, todo el batiburrillo llamado industria del entretenimiento por los norteamericanos, lo que quieren es que consumamos el producto final y que nos olvidemos un poco de cómo está hecho y de para qué sirve en realidad. Lógicamente, siempre han existido comedias livianas de evasión, en la que un/unos protagonista(s) sufría una serie de estrambóticas vicisitudes hasta poder desenmarañar esos líos y llegar a un final feliz. La idea original de esta película nace de un modo bastardo, pero que al final resulta adecuado para el género y aún más para la historia creada por Ted Safran a la hora de poner en la pantalla todas las increíbles situaciones que se pueden dar en las cámaras ocultas y videos caseros que se mandan a la televisión: la historia comienza cuando un cretivo publicitario entra en picado cuando su chica le deja, y su hermano, un auténtico pirado, decide ayudarle a que ligue, sea de la forma que sea. Ahí es donde entran las increíbles situaciones en las que ligar, desde una lavandería hasta un club hípico o un entierro, todo es válido para que el creativo vuelva a tener una fuente de inspiración, se enamore, y llegue a encontrar la felicidad (y evitar el inminente despido si no presenta una nueva campaña de publicidad, tras el fatídico weekend –en castellano, el fin de semana-).
Nadie se asusta actualmente de que se puedan utilizar historias de la televisión para el cine, o viceversa, pero quizás la banalización de las mismas, revolcándose en las miserias del género humano, es lo que ahora prime en la comedia fácil; en la época del slapstick nos reíamos porque a uno le daban un tartazo, o porque se caía en medio de la calle, pero ahora no es suficiente, sino que parece que el público demande que en vez de una tarta, sea un ladrillo de gafa, y que además de caerse, lo haga en una chumbera en pleno mes de agosto, a las cinco de la tarde y en medio del desierto. El film que nos ocupa sitúa a los protagonistas –bien interpretados, con toda la gracia que pueden dar dos personajes algo desquiciados- en el límite de una crisis personal, aunque hay una vuelta de tuerca interesante, a la hora de plantearse quién es el hermano listo y quién es el hermano tonto. Como comedia, los gags funcionan en la medida en que arrancan, aunque luego algunos llegan a estirarse tanto que resultan algo chocantes y fuera de tono. De todas formas, hay que ser justos a la hora de catalogar esta comedia liviana –por no decir casi etérea- que por lo menos tiene la honesta vocación de entretener casi exclusivamente, y no pretende ninguna fanfarria comercial, como otras producciones que resultan demasiado pretenciosas.


Federico Casado Reina



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