Tras “Babe, el cerdito valiente”, la máxima de D. Alfred Hitchcock de “jamás trabajes con niños ni con animales en una película” quedó en desuso. El film, dirigido con inteligencia, era una memorable parábola sobre las desigualdades sociales y el determinismo humano, que sabía balancear convenientemente los elementos adultos con los infantiles, cautivando a unos y otros en una mezcla casi perfecta. Dicha fórmula magistral parecía haberse alcanzado por la Disney en su versión animada hace años, pero se les escapaba de las manos con personajes reales hasta que el cerdito Babe demostró su capacidad como perro pastor, rompiendo los esquemas “sociales” de una granja con todo lujo de entrañables detalles.
Resulta curioso cómo la infografía ha destacado, de la mano de la productora de Spielberg, Dreamworks, dos trabajos que han rescatado ese espíritu: tanto “HormigaZ” como “Shrek” han logrado tal equilibrio, convirtiéndose en un objeto de disfrute “familiar” casi perfecto –que además, logra que los pequeños no capten más de una broma sólo autorizada “para mayores de 18 años”-. Aunque la película que nos ocupa tiene esta misma vocación –es decir, crear un producto originariamente infantil que también puedan disfrutar los adultos- desgraciadamente falla por un error de planteamiento: si se hubieran centrado en su idea original, centrando toda la acción en los perros y los gatos y olvidando la “acción humana”, probablemente habrían dado de lleno en la diana, ya que los enfrentamientos entre felinos y canes son verdaderamente imaginativos, bien planteados y aún mejor resueltos con unos deslumbrantes efectos especiales –como la secuencia del escuadrón de gatos “ninja” o los perros agentes secretos, con más recursos que el mismísimo James Bond-. Precisamente, ese intento de “contentar” a todos ha sido su verdadero lastre: la historia arranca en la casa de una familia media norteamericana, donde el papá es un científico que está desarrollando una vacuna para eliminar la alergia canina de algunos humanos. Como dicha sustancia podría romper la carrera entre gatos y perros por conseguir la atención de los hombres, se va a desatar una guerra sin cuartel entre ambos bandos, utilizando todos los recursos imaginables....
Si cogiéramos en una coctelera las dos películas de “Misión Imposible”, las de 007, “Rebelión en la granja”, y las de “Babe”, tenemos como resultado este film, que aunque pueda resultar brillante en muchas ocasiones y que entretiene a los más pequeños como un verdadero videojuego, siendo un poco objetivos –con la salvedad evidente de su orientación plenamente infantil- podría haberse mejorado con mucho. Y otra cosa más: si en otras ocasiones hemos aplaudido el doblaje del dúo radiofónico humorístico “Gomaespuma”, en esta ocasión no se han lucido, precisamente.