Dejando a un lado el toque friki que innegablemente tiene Rodríguez, estamos ante una pelicula que viene a confirmar lo que ya sabíamos -y que este cineasta hizo en la segunda y tercera parte de Spy Kids-: a dia de hoy y con la tecnología digital, se puede hacer una película exclusivamente con actores y el resto insertarlo mediante técnicas informáticas. Todo el film es una réplica casi literal del fantástico cómic creado por Frank Miller -que de hecho, codirige la pelicula-, navegando por el storytelling -o en cristiano, por la forma de contar la narración- de Miller, una forma oscura y atormentada para mostrar los entresijos más bajos e inmundos del alma humana. Un policía harto de la corrupción y con problemas cardíacos, un justiciero capaz de enfrentarse a una banda mafiosa, un asesino caníbal, unas prostitutas muy particulares que imponen justicia a lo bestia o un matón grande como un dinosaurio pero con el alma infantil son algunos de los personajes que podemos encontrar en este gazpacho de géneros, en el que obviamente predomina el thriller y sobre todo el cine negro; nunca mejor dicho esto porque todo el film, salvo algunos efectismos, es en blanco y negro, con todo lo bueno -en cuanto a la fuerza de las imágenes- y con todo lo malo -con una cierta monotonía, ya que hablamos prácticamente de blanco y negro, con alto contraste en el que casi no existen los tonos de gris...- de esta técnica. Como experimento visual, es ciertamente fascinante, asi como encontrar rostros conocidísimos prácticamente a cada plano -Rutger Hauer, Mickey Rourke, Carla Gugino, Michael Clarke Duncan, Bruce Willis y así un larguísimo etcétera- encajados en cada uno de los personajes ideados por Miller. Pero cuando ya nos hemos acostumbrado a la factura de comic-cine ¿qué pasa con la historia? Pues que no hay una historia, que son muchas historias -o en formato de cine, muchos cortometrajes- mal pegados los unos con los otros, con el único propósito de rellenar una hora y media de proyección. Y es una lástima, porque muchas de esas historias duras, rudas, estremecedoras, como unidades dramáticas funcionan a la perfección. Se podría haber articulado un guión mucho más completo con todos esos increíbles personajes para hilvanar una historia más compacta y más unificada.
Aunque esto es un cómic, aqui los héroes no vuelan, ni tienen superfuerza, ni siquiera tienen buenas intenciones, sino que únicamente intentan sobrevivir en la jungla urbana, donde nada vale nada y hay muy poco espacio para la amistad o el amor.