Los aficionados al cómic estábamos frotándonos las manos ante la espera después de la barbarie que Joel Schumacher cometió con las dos últimas películas de la franquicia de Batman, pero ahora podemos decir que realmente ha merecido la pena, porque este nuevo renacer del hombre murciélago ha sido realizado con todos los honores desde todos los ángulos, tanto a nivel argumental -con un guión excelente, basado en los comic books de Batman: año uno y la saga de Ras\' al Goul- como a nivel artístico, con una cuidadísima producción, una factura ejemplar y unos actores magistralmente elegidos en cada uno de sus papeles.
La acción comienza cuando un joven Bruce Wayne -heredero de un imperio empresarial- decide luchar contra el crimen adiestrándose con unos misteriosos personajes que practican el ninjitsu, para convertirse en un vengador del crimen y cuando llega a Gotham City luchará contra la corrupción, los gangsters y el tráfico de drogas.
Cronológicamente, la película respeta todos los elementos creados por Bob Kane para el hombre murciélago, así como todas las incursiones de maestros como Frank Miller, que han evolucionado el personaje hacia derroteros mucho más oscuros y ambiguos. Precisamente eso es lo que ha recuperado este film que se echaba en falta en Batman, la oscuridad; la ambigüedad en un superhéroe que no es tan bueno como pudiera pensarse y en el que la venganza también ocupa un lugar importante. El manejo de Nolan de los flashbacks sobre la vida de Bruce niño, es sencillamente genial, y su integración en el desarrollo dramático de la historia, perfecta. El único pero del film, es que las secuencias de acción están rodadas demasiado aceleradamente, para que parezcan limpias y puedan ser vistas por todos los públicos. No es cuestión de hacer explícita una paliza que Batman le de a un facineroso, pero tampoco que no veamos nada -en la corriente de El Señor de los Anillos, lamentablemente-. También hay que elogiar el casting realizado para la película, ya que supone a los actores perfectos para cada uno de los personajes, destacando el protagonista, Christian Bale, el Batman perfecto, y Michael Caine Pennyworth, como el abnegado e irónico mayordomo británico.
Un glorioso reencuentro con uno de los mejores superhéroes de la historia del cómic, que promete quedarse durante mucho tiempo.