El rentable género de los psicópatas aún sigue ofreciendo a las carteleras exponentes de la falta de imaginación de guionistas y directores, tomando “prestadas” ideas, recursos de películas míticas, que presuntamente utilizadas de otra forma, renovarían el mensaje. Lejos de ser así, todo se queda en baratucho plagio realizado por unos inmaduros cineastas que intentan (re) crear un thriller con pautas psicológicas y para colmo, con recursos escatológicos para añadir más morbo al asunto. Partiendo como base de una leyenda urbana –retratada por cierto en varias películas- en la que el maniaco de turno esposa a alguien a una tubería y le deja una sierra, sin tiempo o sin fuerzas para serrar el metal, pero si la carne, arranca el film, en el que dos hombres despiertan encadenados en un subterráneo, sin saber qué han de hacer para sobrevivir, y las pautas y pistas para ello, serán dejadas por el psicópata que los ha llevado allí de manera (supuestamente) sorprendente.
A caballo entre “Seven” y “El silencio de los corderos”, el director y el guionista del film que nos ocupa han querido reinventar el círculo, y lo único que han hecho es añadir una innecesaria corriente de sangre y vísceras a una predecible y nada sorpresiva estructura argumental, que funciona moderadamente bien, a golpe de efectismos visuales y sonoros, intentando a cada secuencia sorprender y epatar al espectador. Ese exceso de intencionalidad por parte del realizador llega a resultar tedioso, afanado en engañar al espectador en muchos momentos con tretas auténticamente infantiles, sin sospechar que el público es muchísimo menos ingenuo de lo que se cree. Los modelos clásicos en este tipo de películas –el policía aguerrido, el doctor que pelea con todas sus fuerzas y llega a discernir la mente del asesino, y por supuesto, el psicópata que aparece rodeado con un halo de carisma- se repiten de manera casi cómica, convirtiéndose en una galería de caricaturas realmente divertida –sobre todo los dos policías que intentan descubrir al maniaco mientras que las dos víctimas siguen encadenadas luchando por sobrevivir-. Pero lo más increíble del proyecto, es que ya tiene segunda parte, que se está preproduciendo y al parecer estamos frente al nacimiento de una rentable franquicia al estilo de las que en sus tiempos creó Kevin Williamson y su saga de “Sé lo que hicisteis el último verano”. Al parecer vuelve a estar de moda este tipo de terror de sustos, y también parece que vuelven las vísceras a la pantalla, así que preparémonos para el “gore” que nos viene, porque parece que ahora el miedo va a surgir del presupuesto de las productoras en los litros de sangre artificial.