Ficha película

Título:
Visitantes
Director:
Brian Gilbert
Intérpretes:
Christina Ricci, Stephen Dillane, Ioan Gruffudd Simon Russell Beale, Kerry Fox, Robert Hardy
Calificación:
Crítica

Lo más importante para un director, es contar una historia desde un determinado enfoque, en un ángulo que hasta entonces nadie observado a la hora de encajar una narración. Eso hace que un film aporte algún elemento nuevo a la ya bastante trillada producción cinematográfica mundial, más interesada en replicar un éxito comercial que en lograr aportar algún “granito” creativo al séptimo arte. Creo que es precisamente por ese motivo el que un realizador completamente alejado del género del terror –más especializado en dramas como “Tom y Viv” o “No sin mi hija”, o a lo sumo, en biografías con tintes agridulces como “Wilde”- se ha atrevido a realizar un film que tiene un planteamiento bastante original: tras un accidente de tráfico, una chica llega a un remoto pueblecito que tiene la singularidad de poseer una iglesia católica del siglo I, en la que existe un mural que representa a los testigos de la crucifixión de Jesús, que al parecer, han sido impasibles espectadores de los mayores dramas de la humanidad… y ahora vuelven a aparecer. Este preámbulo está además muy bien encajado con una factura realmente inquietante, en la que destacamos una milimétricamente calculada banda sonora, que orquesta con gran efectividad los momentos de mayor tensión.
El problema de la cinta, es que los diálogos y los personajes no están demasiado bien escritos: la protagonista, se limita a abrir muchísimo los ojos –como no podía ser de otra forma tratándose de Christina Ricci- y respirar entrecortadamente, y el niño elegido para aportar esa cima de misterio –estilo “El sexto sentido”- tampoco es precisamente dechado de expresividad. Con más buenas intenciones que resultados, este voluntarioso film consigue algunos clímax interesantes, pero falla mayormente en las resoluciones, quedando empañado el propósito del realizador a la hora de mantenernos en tensión: tras los primeros momentos en los que se plantea el juego de miedos, silencios y suspense, las reglas cambian sutilmente en algunas secuencias, haciendo que la historia pierda fuelle y sacando al espectador de la misma. Es una lástima, porque aisladamente, el film tiene excelentes secuencias, algunas de ellas realmente bien pensadas y escalofriantes, pero el hecho de sumarse de alguna forma a esa moda “apocalíptica”, heredera de la supuesta tradición católica, no encaja demasiado con la historia, y más parece un intento fallido de ubicar contextualmente el clima de terror, algo que sencillamente, cuanto menos ubicado y misterioso sea, mejor.


Federico Casado Reina



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