Es admirable que aún a día de hoy, se intente replicar el éxito de casi un siglo de comedias románticas, sea cual sea el resultado que se obtenga. Desde “Sucedió una noche” a “Algo para recordar”, muchas han sido las películas que nos han mostrado las presuntas diferencias irreconciliables que existen entre hombre y mujer, desembocando igualmente en los sentimientos y el amor, finalmente. Lo que sucede, es que o bien se añade algo nuevo a la ecuación comercial que ya estamos acostumbradísimos a ver –y que generalmente, obedece al lanzamiento y/o reforzamiento de un determinado actor u actriz en el estatus del estrellato- o bien se corre el riesgo de caer en los tópicos de este subgénero, que ha de tener forzosamente un punto de originalidad. Con la producción del propio Brosnan, el film ha sido dirigido con más convencionalismo que resolución por Howitt, cuya trayectoria como realizador arroja un saldo medio aceptable –“Dos vidas en un instante”, con Gwyneth Palthrow y “Conspiración en la Red”, con Tim Robbins-, aunque también tiene el gran punto negro de “Johnny English”: dos exitosos abogados expertos en divorcios, se enfrentan en un complejo caso con la fabulosa herencia de una villa en Irlanda de por medio y en pleno viaje para conocer los entresijos de la situación, no se les ocurre otra cosa que casarse, en pleno delirio de pasión en una noche loca. Claro que los resultados de esta decisión son de lo más rocambolescos…
Este descacharrante planteamiento, podría haber sido mucho más aprovechado por un guión mejor escrito, ya que en muchos momentos no nos llegamos a creer que dos personajes tan dispares tengan una historia de amor tan fuerte como para casarse de buenas a primeras y sin pensárselo demasiado –sobre todo, en el caso de él, que siempre está dominando la situación-. Brosnan, al que actualmente ya podemos llamar ex 007 –aunque en este personaje, no se puede decir “Nunca jamás”- que ya tiene experiencia en este tipo de filmes –recordemos “Sra. Doubtfire” compone bien su personaje pero peca de hierático e inexpresivo en muchos momentos del film, y la esforzada interpretación de Julianne Moore lo supera en todo momento –mucho más curtida en estos filmes con “Nueve Meses”, por ejemplo-. Aunque su estructura se parece bastante a los más clásicos referentes cinematográficos –en especial a “La costilla de Adán”-, es una lástima que se haya quedado solo en un voluntarioso intento para crear una comedia que funciona, pero que como romántica, no tiene mucha credibilidad.