Ficha película

Título:
Hellboy
Director:
Guillermo del Toro
Intérpretes:
Ron Perlman, Karel Roden, Biddy Hodson, Rupert Evans, James Babson, Doug Jones, John Hurt, Jeffrey T
Calificación:
Crítica

Los cómics han demostrado ser uno de los más fértiles terrenos a la hora de crear nuevas superproducciones, y en la Marvel se han frotado las manos cuando han visto que “Xmen”, “Daredevil”, “Spiderman” y “El increíble Hulk” se han convertido en taquillazos, y algunos de ellos en rentables franquicias que prometen unos dividendos exorbitados. Por eso, ahora comienzan a salir más alegremente personajes del cómic independiente, con el máximo exponente en “Hellboy”, un cómic de culto de Mike Mignola que se aleja de los parámetros clásicos de DC y Marvel, para mezclar elementos mucho más mundanos como las creencias, el cristianismo y los nazis a la hora de crear el antihéroe más insólito jamás visto: un diablo que es bueno, y que termina siendo agente del FBI.
Lógicamente, a las mentes timoratas les costará bastante encajar un argumento de partida tan psicotrónico –que incluso podríamos tachar de “freaky”- pero una vez metidos en faena y aceptadas todas esas salvedades, nos encontramos con un film divertido, lleno de una espectacular acción y con un sentido del humor negro realmente inteligente. Todo lo que Guillermo del Toro no cuajar en “Blade II”, ahora lo ha logrado con creces, en una adaptación cinematográfica brillante, visualmente impactante y justísima heredera del complejo universo de papel que Mignola ha creado para este personaje singular. En el film, Hellboy es un hijo del diablo que salió a la tierra cuando en los años cuarenta los nazis abrieron una puerta del inferno, pero que ahora se ocupa de los casos paranormales que se le presentan al gobierno de los Estados Unidos de América. Ayudado por otros no menos descacharrantes personajes, todo tipo de peripecias se sucederán contra los más rocambolescos enemigos. En esta arrolladora y sucesión de secuencias de acción, que tienen una coreografía y unos efectos especiales de los más apabullantes jamás vistos en una adaptación de cómic, lo auténticamente importante es entresacar el auténtico contenido e intención del film, que aunque utilice de partida toda la reflexión siniestra de Mignola, ahora se ha convertido en una apuesta directa por el más desenfrenado ritmo y disfrute de la imagen, y a modo de lujoso videojuego, aportar unas dos horas de diversión y entretenimiento en el estado más puro y menos condicionado del cine. Hay que echar mano de las palomitas, el refresco y las chucherías, y disfrutar –nunca mejor dicho- a lo “grande” con este personaje diabólico, que paradójicamente, solo quiere hacer el bien y acabar con los malos. Es así de simple y así de efectivo.


Federico Casado Reina



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