Ficha película

Título:
Horas de Luz
Director:
Manolo Matji
Intérpretes:
Alberto San Juan, Emma Suárez, José Ángel Egido, Vicente Romero, Andrés Lima, Ana Wagener, Aitor Mer
Calificación:
Crítica

El género carcelario nos ha regalado numerosas perlas cinematográficas en todo el devenir de héroes reconvertidos y reciclados, injusticias, mafias, hermandades y tesón por parte de unos personajes que, luchando contra todos los elementos, lograban sobrevivir. Desde “El hombre de Alcatraz” hasta “Cadena Perpetua”, pasando por “Fuga de Alcatraz”, hemos visto cómo la adaptación a las diferentes penitenciarías y sus ambientes, pueden ser de lo que más puede curtir el espíritu de un hombre, convirtiéndolo en casi indestructible. Pero si hay un film de referencia a la nueva película de Manolo Matji que nos ocupa –y que por cierto, pasó sin pena ni gloria por la recientemente terminada edición del Festival de San Sebastián-, ésa es “Pena de Muerte” de Tim Robbins, en la que una monja intenta que un recluso que espera su ejecución sea indultado. Una relación tan preciosista como febril es la que se establece en el protagonista de “Horas de Luz”, y una enfermera de la prisión, que le hará volver a creer en que existe esperanza.
A pesar de la magnífica ambientación –se han recreado las celdas de prisiones españolas con una exactitud milimétrica, añadiéndole incluso algunos elementos dramáticos más para subrayar el opresivo ambiente, según su director de producción- y de las excelentes interpretaciones –sobre todo de Emma Suárez, en una esplendorosa madurez, llena de matices y de una serena belleza deslumbrante-, la película intenta que el espectador tome partido por los personajes; en un principio, de una manera más o menos aséptica, pero conforme se van desarrollando las tramas argumentales, de una forma mucho más contundente, planteando finalmente la eficacia de un sistema penal y la posibilidad de la reinserción en la sociedad.
Tales disquisiciones morales, son el elemento menos positivo del film, que podía haberse centrado mucho más en la historia de amor pura y dura entre los dos protagonistas, olvidando postular ninguna postura ideológica al respecto del perdón a los asesinos –el film se basa en la historia real de un hombre que cometió tres asesinatos-; de esa manera, y precisamente por no haberlo buscado, seguro habría originado una mayor controversia y posicionamiento al respecto, pero al intentar de una manera demasiado descarada y dramatizada encajar en un entorno como el del preso protagonista, que ha de cumplir cadena perpetua, no logra llegar a la profundidad psicológica que este film podría haber tenido. No obstante, el film tiene momentos muy poéticos, con diálogos realmente bien elaborados y llenos de una ternura ejemplarmente ubicada en el sórdido mundo de las prisiones.


Federico Casado Reina



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