Ficha película

Título:
La Jirafa
Director:
Dani Levy
Intérpretes:
Lukas Ammann, Lyn Cohen, Dani Levy, María Schrader, David Stratahirn, Nicole Heesters, Jeffrey Wrigh
Calificación:
Crítica

No hay nada más entretenido cinematográficamente hablando, que un buen “thriller”, como muy bien sabía el maestro Hitchcock: eso de ir adivinando al ritmo que el director quiera todos los recovecos de una trama criminal, que puede explotar por cualquier parte, resulta de lo más gratificante, en una suerte de rompecabezas en el que los más avezados intentan ir a más velocidad en sus “pesquisas” que el resto de los espectadores –aunque muchas veces sigan pistas falsas puestas por el propio guionista-. Si además, se añaden algunas gotas históricas al film, resulta aún más interesante: ahí tenemos ejemplos como “Marathon Man”, que salvando las enormes distancias, comparte algunos elementos con la película que nos ocupa en estas líneas: un judío norteamericano ayuda a su madre –que logró escapar del Holocausto producido en Alemania en la Segunda Guerra Mundial- cuando cree haber descubierto una pista de su fallecido marido. En ese nuevo viaje hasta el país germano, van a pasar multitud de incidentes, entrando el protagonista en una siniestra e inesperada trama que le llevará a descubrir un sorprendente universo oculto para los ojos de la historia.
El curtido guionista, director y protagonista Suizo, Dani Levy, -de origen efectivamente judío en la realidad- ha realizado un film maduro e inteligente, solapando varias tramas de lo más fascinante en el transcurso de una historia con unos personajes increíblemente bien perfilados y como colofón, rompiendo muchos de los tópicos de las comunidades alemana y norteamericana. Cada paso que el protagonista da hacia la búsqueda de la verdad, le va metiendo progresivamente en unos intrincados y peligrosos laberintos, convirtiendo en toda una aventura personal –y familiar- el viaje de un hombre que pretende descubrir no solo la historia de su familia, sino el de toda su raza, y que parece estar escondido en la memoria de algunos de los personajes con los que se cruza.
Aunque ha llegado más tarde de lo habitual a nuestras pantallas –es un film del año 98, nada menos- ha merecido la pena por ver no solo una de las más interesantes películas de la producción independiente norteamericana, sino también por comprobar que para articular un género tan comercialmente explotado como el “thriller”, no es necesario gastarse un pastón en rutilantes estrellas y producciones impresionantes, sino que basta con un buen guión que esté lo suficientemente bien vertebrado, unos actores que cumplan con solvencia su cometido, y por supuesto, un director que articule todos esos elementos.


Federico Casado Reina



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