Como ahora resulta que están de moda las adaptaciones al cine de los héroes de cómic, pues hala, a exprimir bien el asunto para establecer nuevas franquicias comerciales que hagan ricas a las superproductoras. Es cierto que el genial creador de “Batman”, Bob Kane, tenía una imaginación impresionante a la hora de crear personajes, tales como el Joker, Dos Caras, el Enigma, Poison Ivy, y por supuesto, la némesis del hombre murciélago, una mujer misteriosa, intrigante, mitad delincuente y mitad heroína, con una capacidad increíble y unos poderes físicos y místicos provenientes de los felinos, porque cuando Catwoman apareció por primera vez en los cómics de Batman allá por los finales de los cincuenta, todos alucinaron con esa “novia” que le había salido a Bruce Wayne y su alter ego. Tampoco podemos olvidar el papel interpretado por la divina Michelle Pfeiffer en “Batman Returns”, creando a la mujer gata perfecta, tan imprevisible como seductora -¡ay, ese lenguetazo a Michael Keaton por encima de la máscara....!-. Y ahora, venga, película, videojuego, merchandising, publicidad y banda sonora bailable para que se ponga de moda la extraña mitología de un personaje que siendo secundario, tampoco ha tenido más enjundia. El problema es que los tres guionistas no han sabido sacar partido a la historia, ni crear una personalidad lo suficientemente atrayente. Los muchos esfuerzos de Halle Berry no han servido de mucho para un film heredero directo de todo el universo gótico de Tim Burton, pero que carece de su malsano sentido del humor y de su originalidad. Pitof, director de “Vidocq” está demasiado verde para seguir dirigiendo, cuando lo suyo son los efectos especiales –demostrado y certificado por las películas de Jean Pierre Jeunet y Marc Caro- y sus muchas virguerías visuales y ejercicios de estilo en combinación con la infografía y la imagen real, quedan muy bonitas pero decididamente vacías.
La historia es de sobra conocida por todos los seguidores del cómic, pero para aquellos que no la conozcan, Catwoman es Selina Kyle, una amargada y timorata trabajadora de una empresa –en este caso, cosmética- que descubre un oscuro asunto, y cuando es asesinada, un gato misterioso le insufla su nueva vida, otorgándole una serie de poderes sobrehumanos que la convierten en esta nueva luchadora contra el crimen. Recordando clásicos como “Cat people”, uno tiene la nostalgia y pena a la hora de ver cómo con muy pocos recursos se podían hacer películas mucho más interesantes e imaginativas que estos productos preciosamente presentados, visualmente muy ampulosos y espectaculares, pero lamentablemente vacíos en su interior.