Ficha película

Título:
Cuestión de Pelotas
Director:
Rawson Marshall Thurber
Intérpretes:
Ben Stiller, Missi Pyle, Alan Tudyk, Chris Williams, Joel Moore, Stephen Root, Rip Torn, Justin Long
Calificación:
Crítica

Si pasamos por alto la mayor o menor comercialidad y banalidad de sus últimas producciones, hay que reconocer que Ben Stiller es uno de los cómicos más interesantes del último Hollywood. Además de haber protagonizado la inolvidable locura de los hermanos Farrelly, “Algo pasa con Mary”, también se erigido en el “buen chico” de la actual producción humorística familiar de Hollywood, con filmes como “Los padres de ella” o “Y entonces llegó ella”. No obstante, su anterior colaboración con su esposa Christine Taylor en “Zoolander”, no fue todo lo buena que cabría esperarse de ese guión tan desquiciado, ambientado en el mundo de la moda y la apariencia; pero ahora Stiller vuelve a compartir cartel con su media naranja y tiene tiempo de resarcirse para dar vida a un personaje aún más odioso y repulsivo, el presidente y director de una franquicia de gimnasios, que quiere hacerse con un pequeño local de barrio para lo que empleará todas sus argucias más bajas, aunque finalmente tendrá que enfrentarse a un campeonato del peregrino juego de moda actualmente en los USA, el “balón prisionero”, donde uno puede recibir un balonazo de su contrincante en plenos morros cuando menos se lo espere.
El primer film Thurber, un publicista que se hizo famoso precisamente por haber ganado varios festivales internacionales con sus anuncios de una conocida marca deportiva, tiene más estructura televisiva que cinematográfica –no en vano aparecen tres cameos de William Shatner (el capitán Kirk de “Star Trek”), David Hasselhoff (protagonista de “El coche fantástico”) y Chuck Norris (el famoso defensor de la ley en “Walker”)- pero para contar la entrañable historia de un grupo de desastrados que se enfrentan a la maquinaria logística y económica de una cadena de franquicias, encaja a la perfección: resulta curioso ver cómo Vince Vaughn, que hasta ahora resultaba algo forzado en comedia, encaja a la perfección como dueño del gimnasio de barrio que ha de formar un equipo invencible del “balón prisionero” y hacerse con el premio gordo para poder recuperar su local, seduciendo, de rebote a la abogada que envía el poderoso magnate del fitness para encontrar el punto débil de su enemigo. Si conseguimos olvidarnos de su formato palomitero –que lo tiene, y está buscado con todo el derecho-, podremos ver un film con un punto de inflexión divertido e interesante, que consigue situar en la picota la actual política comercial de muchas empresas norteamericanas, que arrollan al pequeño y mediano empresario en una voraz e inmisericorde selección natural en la que el pez grande se come al chico, aunque en esta ocasión, puede haber alguna sorpresa.


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web