Ficha película

Título:
El bosque animado
Director:
Manuel Gómez y Ángel de la Cruz
Intérpretes:
(voces) Mar Bordallo, Ignacio Aldeguer, Beatriz Berciano, Claudio Rodríguez.
Calificación:
Crítica

Antes que nada, vanagloriarnos de que la primera película realizada íntegramente con animación digital de Europa sea española, gallega para más señas. Dicho esto, apuntar que ha sido una de las más sensibles y bonitas historias escritas en la literatura contemporánea de nuestro país es la obra literaria de Wenceslao Fernández Flores, la elegida para realizar este film, que rebusca en el inconsciente colectivo de la naturaleza misma, dotando de vida “animada” a los elementos de un bosque con componentes casi mágicos, algo que impregna irremediable y dulcemente la preciosa –y preciosista- cultura gallega. Por ello no se nos ocurre mejor texto que “El bosque animado” para que se abra una nueva brecha en la, valga la redundancia, “animación” de todos los componentes de un bosque para contar una historia: Furi es un topo que ha de salvar a sus compañeros, encarcelados para servir de abrigo a una matriarca posesiva y egocéntrica, cuyos único intereses son los propios, por encima incluso de los que le rodean, así que no digamos de la naturaleza. Ayudado por la gata Morriña y por unas moscas bastante divertidas, Furi logrará salvar a su amada Linda de un dramático destino. Por otra parte, en el bosque plantan un nuevo árbol cuyas hojas están recubiertas de porcelana y cuyas hojas son largas y finas y por ellas van las voces de los hombres... el progreso llega.
El guión da protagonismo a todos los personajes que José Luis Cuerda no pudo dar cabida en la adaptación cinematográfica que realizó de esta obra en 1987. Técnicamente, la película es sencillamente perfecta, con un diseño de personajes muy trabajado, así como una animación soberbia y definida según los diferentes caracteres, que se mueven con una exacta naturalidad –notables son los vuelos de las moscas-. La “escenografía” –virtual, obviamente- también está perfectamente encajada en la historia, que utiliza toda la tradición mágica galaica para dotar de gran carácter y humanidad a los árboles, los topos, los ratones o las luciérnagas. Quizás el único elemento que empañe esta excelente cinta sea la excesiva “infantilización” de buena parte del guión, orientado en muchos casos exclusivamente a los más pequeños: si dicha “traducción” a lo infantil se hubiera velado sólo un poco, dejando cabida a los adultos, -ahí tenemos un reciente ejemplo de animación digital perfecta, “Shreck” que encanta a niños y también al público menos joven- la película habría sido no sólo buena, sino excelente.
Aún así, hay que quitarse el sombrero con el film, que también incluye guiños cinéfilos a “La taberna del irlandés”, “Poltergeist”, “Apocalypse Now” o “Parque Jurásico”, en la mejor tradición del cine norteamericano de acción. Un porvenir muy halagüeño el que se cierne sobre las compañías de animación europeas, que pueden eclipsar en muchos casos las historias norteamericanas con clásicos renovados como el que nos ocupa.


Federico Casado Reina



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