Ficha película

Título:
Open Water
Director:
Chris Kentis
Intérpretes:
Daniel Travis, Blanchard Ryan
Calificación:
Crítica

Una de las mayores convulsiones jamás provocadas en la sociedad por una película fue la que Steven Spielberg logró con el estreno de “Tiburón”, haciendo que millones de bañistas se pensaran dos veces irse más lejos de lo habitual en las playas. Ese temor atávico a la indefensión ante la fuerza de la naturaleza fue explotado muy sabiamente, creando un sentimiento de desamparo que era muchísimo más terrorífico que cualquier monstruo o fantasma que uno pueda imaginar, además por un motivo que resulta más que evidente: podía pasar perfectamente en cualquier momento. Aprovechando dicho éxito comercial, muchas productoras se apresuraron a realizar películas protagonizadas por pirañas, insectos asesinos, orcas, pulpos, ballenas y el más extenso y variopinto zoológico que saltó a las pantallas amenazando a la humanidad hasta casi extinguir este género y condenarlo casi a la burla.
Pero hace un año aproximadamente, en el Festival de Sundance el público premió a un film modesto en producción, pero brillante en cuanto a la idea de partida y realización: basado en un hecho real, “Open Water” –“Mar abierto”, en su traducción española- era la historia de una pareja de submarinistas que son abandonados en medio del pacífico por la negligencia de un barco, y tienen que sobrevivir en un mar infestado de tiburones y con las corrientes marinas a punto de dar al traste con sus vidas. Esto, que pudiera parecer un pretexto pobre para hacer un film, ha servido para mostrar con una eficacia implacable una situación tremenda para los protagonistas: la supervivencia al precio que sea. Ha sido muy hábil Chris Kentis a la hora de realizar su film, que mezclando técnicas de documental y con una producción realmente mínima –ni hay efectos especiales, ni hay producción más allá de lo imprescindible y ha sido grabado con una cámara digital, lo cual le da más aún “aspecto amateur”- ha conseguido un producto final realmente impactante, pudiendo comparar este fenómeno con el de “El proyecto de la Bruja de Blair”, aunque en relación a este falso documental apoyado insustancialmente en internet, “Open Water” va más allá, ya que muchas secuencias fueron rodadas con los protagonistas rodeados de tiburones reales y en mar abierto real. Todo un resurgir de un género, que no necesita de grandes campañas de marketing, ni de rutilantes estrellas de Hollywood, ni de directores de prestigio para conectar con el inconsciente colectivo del público, avisándole que la supervivencia del hombre es tan poco firme, como azarosa. Y lo mejor del film, es que con tan pocos elementos, provoque realmente un miedo y una imaginación que ya echábamos en falta en la mayoría de la producción internacional.


Federico Casado Reina



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