Ficha película

Título:
El Secreto
Director:
Virginie Wagon
Intérpretes:
Anne Coesens, Michel Bompoil, Tonny Todd, Quentin Rossi, Jacqueline Jehanneuf.
Calificación:
Crítica

Lo primero que tenemos que tener en cuenta con este film denodadamente contestatario, es que ha sido dirigido por una mujer de treinta y seis años, que es precisamente la edad del personaje protagonista; las relaciones conyugales son las que se ponen en tela de juicio, en una estructura parsimoniosa y demoledora, a la hora de ver la conversión de una feliz madre y ama de casa en una persona egoísta que decide vivir su vida sin pensar en ningún otro condicionante. El componente autobiográfico es sugerido con bastante inquina en esta cinta, ya sea imaginado o palpablemente real, cuestionando la vigencia de una relación de doce años con un hijo de por medio, en una pareja supuestamente normal.
La factura de la película, al igual que los personajes, tienen un cierto “deja-vu” a la obra maestra de Bertolucci “El Último tango en París”, pero dando una vuelta a la tuerca más e intentando “justificar” la conducta de una mujer y madre modélica que por un arrebato de pasión, decide entregarse a un desconocido. La articulación dramática del guión impide que el espectador tome partido de la historia, salvo que no sea para ver a Marie, la protagonista, como una persona inmadura, desequilibrada y con una falta de coordenadas emocionales tan inestable que le impide mantener –en sus propias palabras- “lo que realmente ama, dejándolo pasar irremediablemente”. Además de no haber evolución alguna en su conducta, la autora equipara en una balanza los sentimientos de una familia con una mera atracción física, creando situaciones francamente desconcertantes, tanto en la relación del marido conscientemente engañado con su adúltera esposa, como con la propia mujer y su hijo, o bien con su madre; la superlativa visión de la mujer, que desea esa “parcela de realización personal” por encima de la propia vida y relación que ella misma eligió –o que pudo rechazar en su momento-, hace que la disquisición emocional y vital planteada resulte ridícula, al igual que el dibujo de unos personajes a los que se le podía haber sacado muchísimo más partido.
Ayudada por Erick Zonca, con quien ya trabajó como coguionista en “La vida soñada de los ángeles”, Wagon ha tenido un debut ambivalente: por un lado ha demostrado un llamativo y acertado pulso narrativo como realizadora –aunque haya momentos de la historia en que se baje de ritmo de manera demasiado súbita- pero por otro, ha tomado un partido demasiado extremo por una historia que sencillamente, no tiene demasiado capacidad de extrapolación, so pena de caer en el más espantoso de los ridículos o la aquiescencia de la nula capacidad del ser humano –en este caso, una mujer- para mantener una, ya no digo familia, sino relación estable con un hombre y su progenie. ¿O es que acaso hay que poner una tercera persona –y no me refiero a los hijos, precisamente- para que las relaciones entre dos funcionen?


Federico Casado Reina



©2001. AndaluNet, Diseño y hospedaje de páginas Web