Ficha película

Título:
La vecina de al lado
Director:
Luke Greenfield
Intérpretes:
James Remar, Timothy Olyphant, Elisha Cuthbert, Emile Hirsch
Calificación:
Crítica

Con un formato más o menos adolescente y con bastantes pocas expectativas, ha llegado este film con la clásica idea que a todo mortal le ronda por la cabeza: fantasear con una vecina –que siempre suele ser preciosa y parece inaccesible- y con la aventura que vivirá con ella. Bueno, pues es precisamente lo que le sucede al estudiante protagonista del film, que está a punto de finalizar sus estudios y entre sus aspiraciones políticas y sus trabajos de licenciatura, aparece una exuberante chica que parece ser perfecta, salvo por un pequeño matiz, que puede dar al traste con sus ilusiones y que se convierte en la sorpresa de su vida: la preciosa rubia es una estrella del cine pornográfico.
Aunque pudiera parecer una completa abominación, la película tiene un punto más profundo de lo que se esperaría en estos casos; los intentos de los guionistas por unir el mundo pijo y naïf de un universitario y la sordidez de la industria norteamericana del cine de adultos resultan adecuados, en esta insólita historia de amor imposible, pero deseable para los protagonistas, que se ven superados en todo momento; ahora el “antihéroe” no solo tiene que conquistar a la belleza de su vecina, sino que además tendrá que huir de todos sus prejuicios morales –que imagínense, están en la sociedad norteamericana- y de unos cuantos indeseables que quieren que la chica vuelva a ser protagonista de películas calificadas X. Aunque es la segunda película de este director –que anteriormente había perpetrado “Estoy hecho un animal”, protagonizada por el inefable Rob Schneider- y su primer trabajo no hacía esperar un producto con tantas aspiraciones, el film que nos ocupa tiene momentos más o menos lúcidos, incluso satirizantes de toda esa filmografía vacía y con bastantes pocas luces que nos tienen acostumbrados en el Hollywood adolescente, generalmente bastante poco interesante. Sin ser ninguna maravilla, la película tiene momentos tiernos que no llegan a ser empalagosos, hilvanándose bien las dos tramas –la romántica, y la de acción, en una lucha por huir de los mafiosos de turno- en un desarrollo acertado de la historia, que tangencialmente muestra también la manera americana de acercarse al éxito, por encima de las aspiraciones personales. Olvidando ese toque proselitista, estamos ante una película de entretenimiento “amable” que dentro de las oleadas de comedias románticas “fáciles” que llegan de Hollywood –y que ya generalmente, no suelen funcionar en taquilla por muchas estrellas que pongan- se agradece algo de originalidad e inteligencia a la hora de plasmar personajes mucho más humanos y vulnerables que el resto de los que hemos visto en la reciente producción norteamericana de este género, porque aunque muchos productores crean lo contrario, las historias de “barbies cenicientas” que encuentran al príncipe azul millonario ya empiezan a estar pasadas de moda.


Federico Casado Reina



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