Ficha película

Título:
La barbería 2
Director:
Kevin Rodney Sullivan
Intérpretes:
Michael Ealy, Cedric the Entertainer, Eve, Queen Latifah, Sean Patrick Thomas, Troy Garity, Ice Cube
Calificación:
Crítica

El panorama económico, cada vez más competitivo y ferozmente capitalizado por las multinacionales y franquicias comerciales, es desolador para los pequeños empresarios que quieren seguir con las tradiciones de los barrios y con el trato preferente al cliente que conocen de toda la vida y con el que bromean y filosofan de lo divino y lo humano. Seguramente, tras los tenderos de los mercados –ojo, mercados y no supermercados- los barberos sean los profesionales que más ejerzan de consejeros, cuando no de psicólogos e incluso psiquiatras con sus clientes. Por eso hace unos años una película pequeñita que intentaba homenajear esas barberías de barrio, con sus sillones antiguos, sus lociones y sus cremas para el pelo, consiguió una gran fama con muy poca promoción, debido exclusivamente a que mostraba ese pequeño microcosmos de parroquianos que orbitan en torno a un local donde teóricamente la gente va a afeitarse y a arreglarse el cabello, pero en realidad, van a purgar todos los problemas y preocupaciones que les acucian. Paradójicamente –pues el perfil de film “indie” era más que evidente…- ahora nos llega la segunda parte, como si fuera precisamente parte de una multinacional a las que supuestamente se enfrentan, y nos sirven otra buena ración de comprensión, entendimiento y complicidad vecinal frente a la despersonalización industrial de una corporación que pretende “homogeneizar” el barrio donde está la barbería regentada por dos personajes tan singulares como el rapero Ice Cube y el televisivo Cedric “The entertainer”.
Toda esa reflexión sobre la vida, la felicidad y las ambiciones personales sigue vigente, y a la galería de personajes que ya conocemos se suman otros tantos –como la dueña de una peluquería femenina que linda con el negocio, o un nuevo peluquero que lucha por tener su propia clientela dentro de la barbería…-; pero sucede que en esta ocasión resulta más un intento comercial para seguir ganando el mismo dinero de la primera parte, que un intento real de trazar una parábola sobre la lucha por el individuo y sus idiosincrasias particulares. La fórmula parece calcada de la anterior cinta, y los “chistes” han sido lo suficientemente “descafeinados” como para que muchos espectadores puedan consumir sin ningún problemas el producto final, envasado etiquetado y pensado tan comercialmente y con el mismo sentido del marketing que si estuviéramos hablando de “El señor de los Anillos” o de la recientemente estrenada “Spiderman 2”; curiosamente, ahora éstas parecen menos falsas que la que nos ocupa. Es, pues, una película divertida pero, aunque presuntamente lo sea, no es tan procaz e irreverente como la primera parte, y ya no funciona tan bien el canto a la vida y a los pequeños luchadores frente al poder ecónomico, resultando mucho menos creíble.


Federico Casado Reina



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