Ficha película

Título:
Tuno Negro
Director:
P. Barbero y V. Martín
Intérpretes:
Silke, Fele Martínez, Patxi Freyre, Maribel Verdú, Jorge Sanz, Eusebio Poncela.
Calificación:
Crítica

Esto no deja de tener su gracia: muchos cineastas no americanos entonaban mil y una letanías quejándose de los productos que nos venden la industria de Hollywood, tan descerebrados como evidentemente faltos de calidad. Y es que el llamado “cine espectáculo”, cada vez tiene menos enjundia sea del género que sea. Centrándonos en el supuestamente llamado “terror” adolescente, el panorama internacional vio renovada su “oferta” tras el descalabre de sagas como la de “Viernes 13” o “Halloween” con nuevas propuestas como “Scream”, que además encumbraban no solo a sus actores y actrices protagonistas –como Neve Campbell o Jennifer Love Hewitt, luego “recicladas” en producciones más “serias”- sino a sus guionistas, productores y todo aquel que se acercara a esta mina de oro redescubierta. Pero lo peor no es que le gustara al público adolescente yanqui –realmente, el objeto de dichos filmes- sino que trasladando la “fórmula” a otros países, seguía funcionando, cautivando interés y bolsillos de los nuevos adolescentes.
Por ello los productores autóctonos de muchos países satélites de la cultura occidental –que no es otra que la norteamericana, con sus matices- decidieron hacer lo mismo: Si un chalado con un pincho que lleva una careta y una túnica se convierte en una estrella... ¿Y si lo vestimos de tuno?. Desde luego, acertaron en que la figura de los tunos tiene mucho de arcaico componente teatral y que despierta tantas filias como fobias en el público. Si nos ponemos serios, la idea original es ciertamente sugerente... lo que no resulta tan acertado es la campaña para vender esa idea, y aún menos sus resultados. Hace unos años “Nadie conoce a nadie” fue un auténtico revulsivo para este nuevo “sub-género” que podríamos calificar de “neothriller español”, que aunaba calidad y unos actores acertados en su registro, amén –nunca mejor dicho- que un marco escenográficamente interesante. Ahora “Tuno Negro” ha intentado, literalmente, calcar dicha campaña de publicidad, sólo que ubicada en la Universidad de Salamanca y con un psicópata enmascarado y vestido de tuno que mata a los malos estudiantes que no van a pasar curso.
Por eso uno no deja de sentir lástima que se hayan gastado cuatrocientos millones de pesetas en una película que podía haber tenido mucho mejor guión y una dirección menos convencional, porque para asustar al personal no es suficiente con enseñarles un cuchillo y mucha sangre... ni siquiera aunque el psicópata vaya vestido de tuno –capa incluida- y se le pueda ocurrir cantarnos una serenata.


Federico Casado Reina



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