Aunque si anterior film, “Bowling for Columbine” fue un éxito sin precedentes en las carteleras mundiales, elevando el género documental a otro nivel, y consiguiendo una taquilla que ya la quisieran para sí muchas de las superproducciones comerciales de Hollywood, su segundo trabajo ha llegado mucho más allá, llegando incluso a ganar la Palma de Oro en la pasada edición del Festival de Cannes. La ironía con que Moore carga sus películas, el ácido e irreverente sentido del humor, tiene mucho que ver con la ingenua mirada de un niño, que exento de cortapisas morales, entiende o no entiende lo que sucede; lo comparte o no lo comparte; lo odia o lo ama. En este simplista, pero efectivo planteamiento del mundo, Moore pone en su punto de mira esta vez al actual presidente de los Estados Unidos, analizando una por una todas las condicionantes tanto de su llegada a la Casa Blanca, como su gestión en política nacional e internacional.
La controversia levantada por el film es completamente comprensible, ya que la ironía de Moore y su bisturí no deja títere con cabeza en la política USA, y aunque el tufo al partido demócrata planea por toda la cinta, dice verdades contrastadas periodística y exhaustivamente, fustigando sin piedad toda esa información intoxicada que el gobierno norteamericano lanza alegremente para mantener su hegemonía comercial y mediática sobre el resto del mundo. Aunque este es un hecho importante, quizás lo mejor de la película sea la forma en que se ha articulado el mensaje cinematográfico, añadiendo unas notas de humor estratégicamente situadas y consiguiendo holgadamente mantener la atención del espectador de manera continua, haciendo el mensaje tan asequible como entretenido. Es un film bastante bien realizado, concebido y montado, con agilidad y una notable experiencia a la hora de lanzar un mensaje de manera efectiva, llegando a producir el impacto sin tomar febril y reivindicativamente partido por nada, sino utilizando la ironía y el sentido del humor, la mejor arma para conectar con el espectador y para morder sin piedad las injusticias que denuncia, y las que no denuncia, ya que su anterior distribuidora (Disney/Miramax) se negó a trabajar con esta película, aunque gracias al cielo, consiguió que la independiente Lions Gate lo hiciera, para pesar de muchos que y se están apresurando en descalificar a Moore, y que piensan –al igual que Bush Junior- que “debe buscarse un trabajo de verdad”-.