Ficha película

Título:
Venganza Ciega
Director:
Michael Oblowitz
Intérpretes:
: Corey Johnson, Michelle Goh, Chooi Kheng Beh, Michael Junior Harvey, Kata Dobó, Steven Seagal
Calificación:
Crítica

Estamos ya un poquito hartos de los “cruzados de la ley”, estilo Charles Bronson o “Harry el sucio”, que se dedican a arreglar en mundo por su propia cuenta y recurriendo al “modo duro”, por llamarlo de algún modo; para ellos el “ojo por ojo” es su doctrina y la ley la aplican –literalmente- a sangre y fuego. Pero el caso más divertido y rocambolesco de la historia del cine, es el de Steven Seagal, que ha ido paulatinamente cambiando de personaje desde policía a mafioso renegado, militar jubilado, cocinero, ecologista y ha terminado siendo…¡arqueólogo! Convertido ahora en una suerte de Indiana Jones actual, se va a enfrentar a la mafia del narcotráfico china, espada en ristre –esto no es una licencia, sino que se usará un espadón de padre y muy señor mío para ajustarle las cuentas a los que mataron a su familia- y demostrando que a día de hoy no tiene parangón en el arte de la lucha justiciera –no en vano es uno de los mayores expertos en Aikido en la realidad -.
El argumento de la historia sitúa a un grupo mafioso chino que desea instalarse en los países del este en el momento en que su atávico y ancestral gran secreto, con componentes místicos, ha sido descubierto por un arqueólogo norteamericano; la persecución, pues, será implacable, y cuando la familia de dicho investigador muera, es cuando se va a abrir la Caja de Pandora y el protagonista va a destapar toda su maestría enseñando su dominio de las artes marciales, mucho más allá del que tendrán los asesinos enviados a terminar con su vida. Indudablemente, el rocambolesco argumento –que para qué negarlo, tiene su gracia por lo descacharrante de la propuesta- no se corresponde con la torpe y repetitiva narrativa del film, que copia a muchas películas de acción repitiendo los tópicos más antiguos, configurando los enfrentamientos de la manera más previsible y coreografiando las peleas de manera poco espectacular. Pero eso sí, si vamos al film con la misma intención que iríamos a uno de los desaparecidos cines de verano, con la nostalgia y la evocación de un paquete de pipas en una noche veraniega de Triana, seguro que disfrutamos de lo lindo de las dosis de acción servidas por un ¿actor? que es capaz de enseñarnos que la ley, si se quiebra, al final se termina pagando por las buenas, o mejor, por las malas. Ya solo falta ver a los más pequeños emulando los saltos y posturas del gran héroe protagonista, lo que pasa es que la desmitificación de las artes marciales ya se produjo con la triste desaparición de Bruce Lee, que añadía algunos elementos de comedia realmente refrescantes a este género. Y Seagal, aunque da mamporros que valen lo suyo, ni se inmuta en una sonrisita, que la venganza es algo muy serio.


Federico Casado Reina



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