Ficha película

Título:
FBI (frikis buscan incordiar)
Director:
Javier Cárdenas
Intérpretes:
Javier Cárdenas, Nacho Sierra, “Carmen de Mairena”, “Pozi”, Santiago Urralde, La bruja “Lola”, Carlo
Calificación:
Crítica

Por lo menos, este es un producto mucho más honesto que el infame intento de Coto Matamoros, que además de ser auténticamente deleznable, “Plauto” tenía un punto de pretenciosidad tan incomprensible como irritante. Pero ahora no, ahora Cárdenas sabe lo que el público quiere ver en su película y se lo da en un producto tan honesto como aburrido: frikis fustigando a más frikis. La película –por llamarla de alguna forma- se divide en dos partes: en la primera, se ironiza en clave de ficción sobre el arresto de una banda formada por Cárdenas y sus amiguetes, que se dedican a gastarle bromazos de bastante mal gusto a los frikis –o según la propia cinta “caraduras profesionales”- que se dedican a vivir del cuento; la segunda parte es una especie de salvaje documental al estilo del programa televisivo de la MTV “Jacas” en la que a base de cámaras ocultas y engaños varios, se mete al friki de turno –desde la Bruja Lola hasta a Paco Porras o a Arlequín- en unas situaciones nada agradables.
El gran problema, además de ofrecer el mismo interés que los pequeños reportajes que el periodista de “Crónicas Marcianas” –que es realmente poco-, es que todo suena a falso desde lejos. No sé si realmente las burradas que han realizado a las “incautas víctimas” son verdaderamente reales o pactadas, pero tratando con semejantes montanistas, mucho me temo que el verdadero incauto puede ser el espectador que crea real lo que está viendo, para su alborozo. El trasladar todo ese universo extraño con el beneplácito del cónclave técnico del programa de Sardá al mundo del celuloide, no solo es sin duda perjudicial para el cine español –si creemos que la cultura forma aunque sea una mínima parte de nuestro cine- sino que además es sencillamente inútil: el formato, la factura y el contenido no tiene una estructura cinematográfica, y cuando quiere tenerla –en el caso de los momentos “ficcionados”, con la colaboración del gran Saturnino García, que el pobre, hace lo que puede…- resulta del todo ridícula.
Es curioso cómo la campaña publicitaria del film es una especie de respuesta a todos esos aprovechados que quieren vivir del cuento en la televisión, vendiendo montajes, exclusivas, escándalos varios y convirtiéndose en una extravagante fauna cada vez más desquiciada e increíble. Pero lo más irónico del asunto, es que el personaje más friki, el más avispado a la hora de oler el éxito fácil y las audiencias, no es otro que el propio Cárdenas, que ha orquestado todo este producto para seguir en el candelero y trasladar la “telebasura” al “cinebasura”, aunque la fórmula parece que no funcionará tan bien.


Federico Casado Reina



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