Ficha película

Título:
Troya
Director:
Wolfgang Petersen
Intérpretes:
Brad Pitt, Orlando Bloom, Diane Kruger, Sean Bean, Peter O´Toole, Brian Cox.
Calificación:
Crítica

Que falditas íbamos a tener hasta en la sopa, ya se veía venir desde que Ridley Scott abrió la veda con “Gladiator”. De la misma forma, yo pensaba que muchas iban a ser las intentonas para llevarse la pasta de la taquilla de una forma más o menos burda y con pocos miramientos. Pero cuál no está siendo mi sorpresa, cuando veo que los productos que hasta ahora están saliendo –aún quedan las dos versiones de Alejandro Magno de Baz Luhrman y Oliver Stone- son de igual o incluso mejor calidad que el film protagonizado por Russell Crowe, porque “Troya” es un espectáculo magnífico, impresionante, épico y sencillamente monumental. Si el Imperio Romano buscaba la riqueza, la expansión y se regía por la avaricia, en la Grecia de esta película es la búsqueda de la gloria y la inmortalidad el eje sobre el que gira el desarrollo del film, por supuesto sin olvidar la pasión amorosa entre la bellísima Elena –la desconocida actriz Diane Kruger que tuvo que engordar 15 kilos para interpretar el personaje- y el apuesto príncipe Paris que dio origen a toda la batalla. La historia continúa cuando los griegos cercan la ciudad de Troya, ayudados por Aquiles, para que Menelao vuelva a tomar a su esposa, Elena, aunque el ambicioso Agamenón tiene planes mucho más ambiciosos: anexionar la preciada ciudad a su ya considerable reino.
Las licencias históricas que se han tomado en la historia están completamente justificadas, aunque se echa en falta un dibujo de personajes secundarios más profundo, ya que Menelao o Agamenón quedan algo planos frente a personajes de la complejidad del Aquiles de Brad Pitt o del Héctor de Eric Bana, los dos mayores héroes de la historia. El alemán Petersen, que últimamente no andaba muy fino en la dirección con productos de tan dudosa calidad como “La Tormenta perfecta” o “Air Force One”, ahora ha retomado el duelo emocional que ya se vislumbraba en “En la línea de fuego”, y la complejidad de personajes que nos deslumbró en “El submarino”, todo ello arropado por una realización épica, aunque no manierista, mucho menos efectista que la utilizada por Ridley Scott en “Gladiator”, aunque no menos efectiva, ya que la justa magnificación de los personajes –en especial Aquiles, realmente inolvidable y que seguro que marcará la carrera de Brad Pitt- está soberbiamente trazada a cada plano. Todas esas luchas internas de poder, enmarañadas como una compleja red de intereses, ha quedado un poco desvaída, y podría haberse trazado mucho mejor, pero en lo fundamental, es una película impresionante, muy bien realizada, con un ritmo perfecto, y que sabe contrabalancear los momentos más álgidos de batallas –impresionantes, con el punto justo de salvajismo, sin pasarse en un sentido ni en otro- con los momentos de calma, sin olvidar todas las modalidades en el amor, que también planea a lo largo de toda la película, desde la arrebatada pasión de Paris y Elena, al amor de Héctor y Andrómana o la tortuosa y ambigua relación entre Aquiles y Briseida. Todo un espectáculo.


Federico Casado Reina



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