El reencuentro cinematográfico de este director ha sido de lo más fructífero: ayudado en el guión por el novelista Manuel Hidalgo, ha realizado una película que además de tener una factura elegante y calmada –que recuerda a todas las películas de Eric Rohmer, pero que las trasciende argumentalmente- consigue plasmar de una manera muy original la famosa diatriba de los celos de la pareja.
Como estructura argumental, la facilidad de la misma es lo prodigioso de la historia, que evoluciona sin problemas y plantea unos personajes con bastante dimensión: un joven y feliz matrimonio llega de vacaciones a la costa levantina, y allí un seductor divorciado y su prima planean seducir cada uno a uno de los miembros de tan modélica pareja. La confianza, la pasión y el aburrimiento serán temas que se irán paulatinamente solapando en el desarrollo dramático de la historia, llena de imprevistos giros.
El maquiavelismo del personaje interpretado por David Selvas –un escéptico anticuario que se empeña en conquistar a la madre ejemplar y devota esposa- recuerda en muchos momentos al del Vizconde de Valmont en el texto clásico de “Las amistades Peligrosas” y sus adaptaciones cinematográficas, solo que trasladado a la actualidad y con la exclusiva motivación de paliar el aburrimiento existencial que tiene de manera permanente, más que para engrosar su fama y de conquistador. Observamos en el film, además, cómo la presión va desdibujando la confianza entre la pareja protagonista, que intenta mantener la homeostasis de su propia felicidad cuando empiezan los celos, las dudas y las incógnitas en su relación. Uno de los puntos fuertes de la película, además de esa preciosa factura que muestra la costa mediterránea, es la interpretación, ejemplar y consecuentemente dirigida por Vega, con unos actores que trazan los modelos perfectos para cada personaje, con su punto justo de tormento existencial y motivaciones personales. Una película realmente bien hecha y de una gran profundidad dramática y que sin ser ñoña, regala una conclusión final de lo más lúcido en este tan trillado tema del monstruo de los celos.