Productor de buena parte la última hornada de cine Mexicano, Hugo Rodríguez ha vuelto a probar suerte en la dirección, tras “En medio de la nada”, estrenada en 1993. Y ahora ha intentado realizar una película mucho mas contemporánea, menos clásica, jugando con el tiempo cinematográfico, e intentando dar una vuelta de tuerca, ya que la película se desarrolla en tiempo real ante el espectador.
En esas dos horas delirantes, una serie de personajes irán mezclándose paulatinamente hasta componer una verdadera sinfonía del caos, en el que el azar parece retorcer caprichosamente los destinos de todos y cada uno de esos “peones” que “jugarán” inconscientemente. Un hacker tímido que espía a su vecina, violoncelista, un peluquero y su mujer, dos timadores bancarios, la mafia rusa y un farmacéutico y su esposa se verán envueltos en un lío bastante importante, además de estar casi todos ellos unidos con el denominador común del tabaco: o bien están dejando de fumar, o bien no pueden dejar de hacerlo, o bien se están justificando constantemente para demostrar que “no es tan malo”.
Es inevitable que la comparación con “Amores perros” –donde los perros “unían” las diferentes historias-, ya que un simple pretexto argumental parece hilvanar estas desquiciadas tramas, que impregnadas de un cáustico humor negro, también tienen el referente de “Pulp Fiction” de Tarantino en cuanto a la estructura dramática. Existen además en la película toda una serie de recursos cinematográficos más propios del videoclip o la televisión, que paradójicamente funcionan a la perfección en el contexto de una historia que podría sido mucho más impactante, si no se esforzara en tantas ocasiones en ser “moderna” y “enrollada”. Se nota la falta de experiencia en la dirección de Rodríguez, sobre todo en la dirección de actores, ya que tanto el gran Diego Luna, como muchos profesionales de la interpretación mexicana –como Daniel Giménez-Cacho, también prodigado en la producción española- están miserablemente desaprovechados, para el talento y buen tono que han demostrado en trabajos anteriores. Por ello, todos los referentes desembocan en que muchas veces el guión se torne previsible, pero no deja de tener cierta frescura en cuanto a los diálogos y algunas situaciones que estallan en momentos cómicos realmente disparatados, que aligeran la enorme carga dramática de la historia. Un film bastante voluntarioso, que ha aprovechado óptimamente los pocos recursos que ha tenido en la producción para conseguir un resultado bastante aceptable y acorde con la idea de arranque del proyecto, que por cierto, tiene poco que ver con el tabaco.