Ficha película

Título:
La mala educación
Director:
Pedro Almodóvar
Intérpretes:
Gael García Bernal, Fele Martínez, Daniel Jiménez-Cacho, Francisco Boira, Lluis Homar, Roberto Hoyas
Calificación:
Crítica

Resulta curiosísimo cómo un autor, logra evolucionar sobre su propio discurso, y llega a superarse a sí mismo, al igual que a sus propias historias; los mismos buenos resultados que empleó en “La ley del deseo” o “Carne Trémula”, ahora Almodóvar los aplica en su último film, en el que en clave del más intrincado “thriller” articula una historia con tintes autobiográficos. La notable complejidad narrativa –con varias líneas argumentales que se solapan con una precisión milimétrica, encajando de manera magistral- logra mantener la tensión de una historia tan turbadora como apasionante: un director de cine, en los ochenta, recibe en su casa a su compañero de colegio, del que estaba enamorado cuando ambos compartían clase en un colegio religioso, bajo la estricta y viciosa mirada del padre Manolo, y este reencuentro revivirá todas las historias anteriores y descubrirá nuevas pautas en la vida de los dos protagonistas.


Además de descubrir en esta película una madurez superlativa, cinematográficamente hablando, Almodóvar consigue “filtrar” su propio universo personal, lleno de toques “kitsch” y singularmente divertidos a través de todas las claves del mejor cine negro, trazando además una parábola sobre la ambición y la transición personal –y política en la España de los setenta y ochenta…- de un artista, con sus mayores grandezas y sus más bajas miserias. Además de un repertorio estilístico sorprendente en algunos planos –entroncando con la narrativa de “La ley del deseo”, de quien es directa heredera- “La mala educación” tiene una de las galerías de personajes más fascinantes que el director manchego haya creado jamás para el cine, tales como el travestí que vuelve a su pueblo para ajustar cuentas, o el director de cine que se reencuentra con su propia vida anterior, o el sacerdote obsesionado con el niño del coro, del que está secretamente enamorado. No hace falta decir que este film tendrá un gran impacto social y será tachado por muchos de anticlerical, pero si rascamos un poco más adentro, en realidad la historia va mucho más allá, aunque en efecto, parta de la homosexualidad masculina descubierta en un colegio de enseñanza religiosa. A destacar la monumental fotografía de Alcaine, que realiza uno de los mejores trabajos de su carrera, en su reencuentro con el director manchego, para el que realizó “Mujeres al Borde de un ataque de Nervios” o “Atame!”-, sin olvidar tampoco la partitura de Alberto Iglesias, con unas notas perfectas de suspense que le van a la historia sencillamente a la perfección. Quizás el elemento que podría haberse mejorado son las interpretaciones de Fele Martínez y Gael García Bernal: mientras que el alicantino resulta demasiado hierático en muchos casos, el mejicano no termina de ser creíble en otros momentos. Por lo demás, una obra de entidad, rebuscada en la memoria de uno de nuestros mejores directores y guionistas de todos los tiempos que jamás renunciará a su propia idiosincrasia, conjugando lo más vanguardista y las más atávicas tradiciones.


Federico Casado Reina



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