Parece que el deseadísimo cine andaluz, ya existe. Lejos de centrarnos en una temática más o menos social, dolientes de las carencias de una sociedad con problemas, ya se hacen películas en Andalucía que puedan diversificar los géneros cinematográficos, sin dejar de contar con unas señas de identidad propias. Amadeo es un luchador nato, que demostró junto a Alberto Rodríguez que podían hacer una película casi sin dinero, y en Inglaterra, porque “El Factor Pilgrim” fue un verdadero prodigio de imaginación, buen sentido del cine y muchas ganas por decir algo. Por eso esperaba como agua de mayo su siguiente película, que por cierto, no me ha decepcionado en absoluto: la historia de un completo desastre, que acaba de dejar la Heroína y quiere rehacer su vida, unida a la súbita aparición de una quinceañera en su entorno va a provocar un verdadero cataclismo existencial en la historia, que arranca con gran fuerza y sorprende a cada secuencia.
Pero lo más valioso del discurso de Amodeo, que además contiene una ruptura militante con la “normalidad” vendida en la publicidad y en el presunto “estado de bienestar”, es el sutil empleo del humor, consiguiendo perfumar las situaciones más dramáticas –como la expulsión del protagonista de un centro de salud, cuando quiere hablar con un psiquiatra, puesto que está a punto de recaer en la droga- con acertadísimas notas de comedia. A destacar también está todo el diseño artístico de la película, realmente prodigioso, que recuerda a toda la psicodelia “pop” más rabiosa de los setenta, así como una ambientación realmente impecable y llena de guiños a los espectadores sevillanos. Ya sabíamos por “El factor Pilgrim” que Amodeo, junto con su grupo “Lavadora”, era capaz de crear una ambientación musical excelente, pero ahora se ha superado a si mismo, desdoblado –o mejor dicho, multiplicado- en guionista, músico y director.
Hablar de la prodigiosa interpretación de Nancho Novo no es ninguna sorpresa, puesto que la solidez de este magnífico actor está fuera de duda, pero si es todo un hallazgo Teresa Hurtado, la niña adolescente que añade dulzura y algo de cordura a la vida de este exyonqui que quiere volver a encajar dentro de la sociedad, al ritmo de su famoso “decálogo”, que incluye términos tan peregrinos como “socialización”, “aseo personal”, “una casa lustrosa” o, sencillamente, “sexo”. Como película, es lo suficientemente entretenida para no perder ni un ápice de ritmo, y además contiene un subtexto bastante interesante. Un pequeño paso –en realidad, un paso más- para la carrera de este director, pero un gran paso para todo el cine Andaluz. Enhorabuena.