Ficha película

Título:
Full Frontal
Director:
Steven Soderbergh
Intérpretes:
David Duchovny, Nicky Katt, Catherine Keener, Mary McCormack, David Hyde Pierce, Julia Roberts, Blai
Calificación:
Crítica

Me resulta realmente divertido como mucha gente juega con la palabra “independiente” a la hora de producir y realizar una película. Alguien dijo alguna vez –con muchísima razón, por cierto- que los únicos verdaderamente independientes del cine eran George Lucas y Steven Spielberg, porque podían hacer lo que les diera la gana sin rendir cuentas a distribuidores o productores que frenaran sus criterios creativos –aún así, Spielberg tuvo que firmar “Parque Jurásico I & II” para poder hacer “La lista de Schindler”…-. Ahora un director consagrado de Hollywood, Soderbergh, ha querido jugar a ser independiente, con esta película realizada con técnicas de video, bajo presupuesto, actores amigos y pocos escenarios; pero se le ha olvidado lo más importante de ese cine “independiente”, algo que es su mayor baza e interés: la creatividad, la inteligencia para contar de un modo diferente aquello que ya nos han mostrado infinidad de ocasiones. Aunque el producto final es francamente brillante –Soderbergh es un director verdaderamente genial a la hora de contar con imágenes una historia, por tonta que sea- el argumento adolece de originalidad alguna, centrado además en la industria cinematográfica de Los Ángeles, con los mismos personajes que hemos visto en infinidad de ocasiones en filmes como “El juego de Hollywood” o “Hurlyburly”: guionistas en busca de la felicidad conyugal, actores egocéntricos que descubren su lado más sensible o productores que no encuentran su verdadera razón de existir. Para servir el cóctel de personajes bien aderezado, sitúese en la presunta meca del cine mundial, y adórnese con fama y dinero. Podríamos estar delante de una versión algo corrompida de “Vidas Cruzadas” de Robert Altman, de no ser por las deslumbrantes imágenes que el director nos regala cada cierto plano –y que recuerdan a veces la rompedora narración de “Traffic”, por su originalidad-.
Lo que resulta sorprendente, es que la originalidad de Soderbergh no se haya transmitido ni un poquito en el guión de Coleman Hough, que de haberse retocado, solo un poquito, habría ganado varios enteros. En el cómputo final, lo único, pues, que ha fallado no han sido los personajes, ni por supuesto los actores –inconmensurable Mary McCormack, en una secuencia francamente antológica-, sino un guión que podía haber articulado mucho mejor ese desidia existencial que parece envolver todo ese mundo de celofán, plástico y falsa publicidad, ese cosmos donde lo importante del regalo no es lo que venga dentro de la caja, sino la caja en sí.


Federico Casado Reina



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